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6 PAGINAS TAUSTRADAS PAGINASI 11n que otra solfatara en la región media, encontrandose las deures reunidas en el extremo norte del triángulo. Las solta tanas cambian continuamente de posicion.
notandose un movimiento gradual bacia ei Vorte.
Ademas de las solicitas, existen dos o tres lugares que presentan fenómenos de gran interés. Nas referimos a ciertas cavidades de unos m. de dimetro en cuyo tonio Hierve 12 masa espesa de lodo color gris. Una de estas se encuentra en el bosque al Oeste de las solas y de tiempo en tiempo se ye salir de entre las ramas de los sirholes grandes cantidades de vapor de agua. Este fenómeno se habia abservado antes y muevamente lo vimos el 20 de abril próximo pasado. Otra de estas cavidades, se encontraba al pic de la pena imbien con lodo hirviente.
En nuestra visita la encontramos completamente aterrada y en los alrededores gran cantidad de piedras y rocas de todo tamaño. Esto fue debido a un derrumbe colosal de unos 60 de art. que ocuTrio mucho tiempo antes del temblor del 1; de abril. Nos luace pensar asi ei hecho de encontrar las plantas arrancadas por el derrumbe ya secas, sin hojas y algunas plantitas nuevas sobre los escombros.
En toda esta región, la marcha es su.
mamente penosa y no deja de ofrecer scrios peligros por el gran numero de piedras de todos tantos que trcilmente se separan y ruedan con violencia hacia el abismo arrastrando cuanto encuentran su paso. En otros lugares hay profun.
dos barrancos que presentan serias difi.
cultades para atravesarlos y que quitan parte del poco tiempo disponible. Para recorrer todo el Volcio Nuevo, con buen tiempo. se necesitan por lo menos horas. F1, TRISTAN ALBERTO RUDIN Junio, 1910 El monasterio de mi tristeza Yo sos un monje adusto del monasterio de la tristeza, mi celda callada no han penetrado las alegrias; Al crimen de las penas se la doblegado ya mi cabeza Porque llevo en el alma sombras de vegras melancolias.
Anocheció mis ojos la rubia aurora de tu belleza.
En mi redor no giran más que ilusiones de muertos dias: Hoy soy un monje adusto del monasterio de la tristeza, Yå mi celda callada no han penetrado las alegrías.
Sucno profundamente con los efluvios de tu pureza Cuando tú, la princesa de mis amores, ini vida ungias Con el balsamo santo de tus dulzuras y tu terncza: Entonces blandamente me acariciaban las alegrías no era un monje adusto del monasterio de la tristeza.
JULIO CÉSAR ARCE

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