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PAGINAS ILUSTRADAS Allons, enfants!
No tiene la historia del mundo un canto mais grande que aquella voz de miene con que Rouget de Isle, con locura genial, lanza aquellos locos que se atropellan como leones hambrientos para defender sus derechos.
Los ecos sublimes de aquel canto épico cariñoso son la voz nagestos de un mar de conciencias que despierta al primer ravo de sol y grita y se levanta y cntre la espuma de sus briosas alas sepulta la tirania.
Aquel: Allons. enfants de la patrie.
Le jour de gloire est arrivé.
es una aurora con que el sol de las li bertades se anuncia sobre las cumbres.
Nunca el loco entusiasmo de la revetel ta llegó la altura de aquel: Aux artes, citoyens!
Es aquel canto un hacha flosa con que la mano cedentora de la justicia y del de recho rompe los eslabones de una cadena de ignominias y de crímenes para lanzar la a los más hondos abismos del desprestigio Saint Just. Mirabeau, Desmoulins, hablan er una esquina sobre un cajón, en cualquier parte, y aquel pueblo sublime grita: Aux armes, citovens! levann barricadas, alza el estandarte rojo y como un huracan humano, imponente, poderoso, solemne, bate, gorolla, vence.
humillt una banda de cuervos que graznao sobre las szoreas de pizarra de sus castillos señoriales.
Si antes no hubiese otro loco gritado Fiat Lux! habria habido que hacer la Marsellesa, porque aquella Marsellesa es la mistna frase divina puesta en los labios y en el corazón del pueblo que tiene mavor elocuencia en sus labios y mayor grandeza en su corazón.
LLIS DOBLES SEGREDA 322. CL Catorce botes maniobrando Bonita vista tomada en una Escuela Naval de los Estados Unidos

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