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perfume de recuerdo Tirs ரப ய ய sia, mojaba entonces la parte superior de su copa pontiaguda, en aquel olco argentino que comenzaba ungir los campos: y cuando el viento lo movia, parecia que iba. dejar un brochazo de plata en la pared vestida de sombras.
Mic he vueltoi encontrar dentro del templo lejano, que vo miro erguirse sobre el caserio como una pura Bor mistica. He creido que estamos en su interior: zů senReconoci la letra de mi amiga. Rompi el sobre con alegria vlei. Es una sencilla carta, llena de recuerdos. Bien sabe eller cuanto me gusta vivir en todo lo que ha pasado.
Sabes quién me ha hecho escribirtes me decia la ramilla seca de una mi mosa. que tu ancaste hace va mucho tiempo. Registraba esta noche en una de Taas gavetas de la cómoda. cuando enco: tré mi viejo devocionario: tú lo conoces bien aquel con tapas de carey. Lo abriy lo primero que vieron mis ojos fué la mais milla seca de aromo. Senti la caricia del perfume que se escapó de la forecita amz.
rilla.
La vieja rauma, el perfume que habia quedado prendido entre la flor como un pedacito de su alma, me hicie recordar.
Sabes que gusto del pasado como las abejas de las fores. Me place que mies piritu vava dibar en los recuerdos y les pida toda la miel subis que contienen, para llenar de dulzura el presente.
Con midevocionario entre las manos nie he ido luego la sala llen1 de sombras.
Dejeme caer en una poltrona con los ojos cerrados de comenzado. recordar.
La ramilla scca de aromo, que tú pusiste fresquita, hace va años en mi devocionario Tras ella, en Bulce procesión han vem.
do otros recuerdos, desde el pueblecillo alegre que juguetea en el fondo del valle.
Ah querido pueblecillo! Verdad que tú tampoco lo has olvidado iglesita blanca, graciasi como un vuelo de golondrina dominando con sus dos torres blancas cl caserlo limpio, con casitas encaladas de blanco y azul, con techo detejas rajo oscuro y rodeadas de jardincillosque parecian tan contentos con sus varas altas de mirane lindas.
La iglesia? La recuerdas: Sencilla, blan a como una oración de campesino bueno.
En las noches de luna parecia que las nic.
blas de la montaña, que le servias de fondo, se hubieran arremolinado alli graciosa.
mente para formar aquel templo.
Como nos gustaba sentamos en el banco que estaba la entrada de nuestra casa y mirar la luna subiendo entre las dos torres!
El pino que crecia a la entrada de la igle.
tad:1. mirando con los ojos entomados cuan.
to te rodeaba: vo más religiosa, rezando con la cabeza entre las manos.
Las paredes blancas, el pavimento enla drillado, bien barrido, los pilares y el cielo pintados de celeste. Las ventanas pequesias, de vidrios limpios dejando entrar la luz; las puertas abiertas, por las que se precipitaban las bocanadas de aquel aire sano que venía de las montañas y que era una bendición. Nosotras lo esperabamos con delicin. Se sentia tan fresco, tan sabroso.
oliendo di troncos lumedos, tierra vegetal rica, a zacate seco!
El canto monótonos persistente de las cigarras dos adormecia.
En el fondo, el altarcico alegre con sus manteles albos, adornados de encajes ordinarios y los vasos llenos de flores frescas. veces los conte maices se metian

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