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PAGINAS ILUSTRADAS Resonancias del terruño.
Por Ramón Quesada, Ultimos días de Cartago 11 Tan animada decoración cambió sanitamente en la nache del 12 al 13 de abril.
Los violentos y repetidos temblores que se iniciaron aquella noche a las 123 que tanta alarma produjeron en la capital y en todas las poblaciones del interior, li.
cieron mucho daño los barrios de los Angeles, Hervidero, Tejar y Tobosi. La ciudad relativamente no sufrió mucho. pues las mayores desperlectos apenas eran vi sibles en las corniss y en el trico de al gunos edificios en el derrumbamiento de un artistico grupo en concreto. que representaba el escudo de San Francisco, obra del escuitor cartaginés don Joan Ramon Bonilla. colocada en la parte posterior del Convento de los Capuchinos en el des plome de algunas torres y paredes: en las grietas longitudinales en forma de que presentaban bastantes casas en el deslizamiento de la generalidad de los te.
jados, que dejaron los caballetes al des cubierto.
El temblor que el 13 de abril sobrevino a lains a. con dirección Yo SE.
y de 18 segundos de duración, por su in.
tensidad y sus efectos fue un verdadero terremoto cuyos mayores estragos se cieron sentir en los principales edificios públicos de la capital.
Desde aquel dia el comercio se paralizo.
lo mismo que la agricoltura: las escuelas y colegios suspendieron sus tareas: los tra.
bajos públicos de macadamización de cades, terminación de los grandes estanques purificadores de las cloacas, construcción de pabellones del nuevo Hospital, reparaciones interiores de algunos templos, preparativos para la colocación del techo de la Parroquia, ensanche de los talleres del Hospicio de Huérfanos y ornamentitución del suntuoso Palacio de la Paz, todo que do interrumpido. Muchas familias extran.
jeras que estaban de temporada, emigraron en seguida, y 10 se volvió a ver mais que grupos de mujeres y niños con la intranquilidad dibujada en los semblantes, ha ciendo tertulia en las aceras, en los corre.
Pores, en las plazas y en los solares, pa irullas de hombres acarreando materiales, improvisando viviendas en aquellos sitios de menor peligro y trasegando ropas. trastos.
Nadie volvió a dormir dentro de su casa, sino bajo pabellones o en chozas de mildera, en carretas cubiertas. junto a las cereas, bajo cuatro palos apoyados en cstacas y cubiertos con hierro acanalado, con un cuero. con hojas de plano de cana, con un retazo de tela de cinamo; todo, según las posibilidades de cada cual.
en el centro de la población y en los su burbios.
En la capital habia serdadero pinico, debido sos muchos edificios de dos pisos, al mal estado de muchas casas, la estrechez de las calles y lo compacto de la población. Junta de Socorros que por disposición oficial comenzó fungir en seguida, dedica de preferencia su atención S:12 José, que parecia ser la ciudad mis dani ficacia, y allí se distribuveron bastantes materiales de construcción y alimentos para los necesirados.
La Compania del Ferrocarril envió a Cartago unos veinte carros de carga, que fueron cedicios por la Comandancia de Platza algunas familias que no habían podi.
do conseguir tiendas de campaña. mi me tocó el vagón número 76. aunque estaba lleno de basuras y despedia mal olor, después de desid fectado lo preferi a las carretis incómodas en que habia tenido que pasar dos noches con mi fimilia, en el centro de una plaza La estación lluviosa se inicio en la tarde del 15 con un regular aguacero, después de un dia mur caluroso, y esto empeoro la situación de todos, y particularmente la de los pobres, que dormian casi a la in.
temperie. Como los tejados, que poco an.
tes ostentaban macollas de guarias florecidas, se habian escurrias, el agua hizo nuevos daños y acabó de falscar muchas paredes.
Los templos permanecían ccrrados, con excepción de El Carmen La Soledad, SAN JOSÉ DE COSTA RICA

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