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PAGINAS ILUSTRADAS miniscencias del pasado. Hoy nadie es maestro de nadie, todos somos discipulos de todos.
Si Ud. ha comprendido que para ser pocta no es preciso dejar de ser hombre, y que el gesto perpetuamente enigmático y la indumentaria extravagante no son va razonables distintivos de la superioridad mental, no hay razón alguna para que no juntemos ratos nuestras ansias de aficionados y consagremos en comunidad nuestro cariño al arte literario. Leeremos, comentaremos, meditaremos, DISCUTIREMOS.
Sus versos los nuestros y los de los de mais también, daran motivo nuestras disquisiciones. Ud. podrá sacar de ellas las enmiendas de las cuales llegue. estar convencido. Nosotros, por nuestra parte.
cuantas cosas no habremos de aprender con Udi Es eso cuanto un pensamiento sincero puede razonablemente pedirnos. Es eso cuanto nuestro honrado corazón puede ofrecerle y le ofrece en esta parrafada del trébol de nuestras notas bretes.
Explicación articulos de vulgarización El folleto que con los científica de don Elias Jiménez pens:ibamos hacer, va no saldrá en la forma que en un principio nos pareció por más de un motivo conveniente. El señor Jimenez, alegando razones que el estima luertes y que nosotros respetamos, se niega a acep tar la colaboración pecuniaria que fue nuestro buen animo prestarle, y el hará por su propia cuenta la edición.
El trabajo, pues, saldrá de todos modos: y solo labreinos de lamentar que con aquella decisión se evite a nuestra juventud inteligente, una oportunidad de arrimar su esfuerzo una obra de alto interés para la sociedad que espera de ella el fruito sano que tanto ha menester.
Terminada nuestra gestión, quedamos esperando.
BILLO yo.
Para PAGINAS ILUSTRADAS Dicen que tengo el rostro cadavérico, pálido, y que como Francisco de Asís yo soy escuálido.
Que mis ojos son grandes, apagados y muertos y tienen soledades y aridez de desiertos, Que mi melena sobre mi rostro doloroso cae languidamente como un sauce lloroso. que mi paso lento y toda mi apostura y recuerda al caballero de la triste figura.
Pero no soy Quijote ni soy Asís tampoco, no soy siquiera santo, ni soy siquiera loco.
Soy un extraviado de otros mundos mejores y que suspiro por el mundo de mis mayores.
No extrañéis de mi cuerpo la escualidez sombria ni miréis de mis ojos la gran melancolia.
Ni de mis pasos ritmicos la mortuoria calma; no extrañéis de mi cuerpo, jsi me vierais el alma! Jambrina Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.

    Elías Jiménez Rojas
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