Guardar

PÁGINAS ILUSTRADAS Jirones de vida to son mis amigos, me acompañan, me sostienen, mientras viene el ansiado desBoces postreros canso. al retirarme pensé tiene razón el vie.
Para Morales jecito; no, no es un desgraciado, puesto que piensa, siente y sufre.
Recuerdo que un día y otro y siempre, ELOR DALIZA al pasar, lo encontraba allí, en el umbral de aquella puerta. miserable; de cara seca y rugosa, de ojos muebiet: Dentro y fuera de la escena tos, indiferentes, de aquellos que miran (Notas biográficas y opiniones intimas)
sin ver; y su voz, al inplorar la caridad, era siempre uma misma, lenta, pausada, fria Aquella mirada vaga, sin expresión, aquel Evangelina Adams timbre de voz cansade, monótono, pro. Una hor que fue por cierto muy ralducianme una sensación extraña, hacían pida a pesar de haber marcado la agujilla me reflexionar.
del reloj las mismas sesenta ravitas de su Pensaria acaso en algo aquel pobre carátula que en otras pasamos al lado de viejo la aplaudida actriz y en compañía de los Sentiria la tristeza inmensa de la so suyos, en la más animada charla artística.
ledad: Ya un chiste de Bravo, va unit ocurrencia Sufrira de Blanca, va un remate picarezco de Ma.
Al fin un impulso irresistible hizome nolo va una sentencia grave de Jambridetenerme. Le hable bajito, muy suave na, extrangulaban rápidamente a los minumente. Al principio parecia no compren tos. Así las cosas, dimos al fin que hacer der mas después, poco a poco, su rostro al lápiz y a las cuartillas.
fué animándose, piiróme con una mirada La señora Adanis, que es loy por hoy, mueva, infinitamente buena, triste y sonrió con la Rosario Pino, una de las damas más con una pobre sonrisa. Reflexiono, trató jóvenes del teatro, posee todos los atracde fijar sus recuerdos y luego murmuro: tivos que una femme de teatre requiere. Pienso? Si el pobre viejo piensa Re. Esbelta y hermosa, su porte llena por sf cuerda continuamente la casa grande y solo cualquiera escena; grandes e inten.
vieja: la sombra de los higuerones, bajo samente expresivos sus ojos, y su faz to.
los cuales trabajaba; la viejecita, el bosque da llena de atractivos, con su voz que es cillo, el canal.
de ta dulzura atrayente. Todos estos de Eramos tan felices! Bendecíamos la vie talles la colocan en circunstancias de aborda cada nuevo día.
dar cualquiera obra teatral y crearla con Mas después vinieron los malos tiem, propiedad y corrección.
pos, hubo que vender que hipotecar; la No es artista de la categoría de las que viejecia enfermo, murió y la llevaron al Bernardo Jambrina clasifica en su admicampo santo: con ella, con la hacienda que rable conferencia teatral en el grupo de También se fué, acabó todo para mi. Trate las intuitivas, que llevan a la escena faaun de trabajar, pero no encontré ni vo cultades innatas, sin el debido estudio, no luntad ni fuerza. El dolor, la enfermedad la señora Adams muy por el contrario: su y el hambre, hiciéronme al tin tender la analisis, sutil, amplio y detenido de las mano.
obras que interpreta la dan la clave de su Cómo sufria! Una lágrima, una sola y mejor ejecución. Es, pues, una artist: que, lenta resbalaba por su rostro, que ahora poseyendo intuitivas facultades, crea las me parecia aún más viejo, más pálido, mas Obras de su repertorio conciencia, con triste.
el asentimiento de su ideal artistico y de Trate de animarlo, de consolarlo, pero su gusto personal.
me detuvo.
De ahi su éxito en la Ráfaga, de Bers No insistas, no soy tan desgraciado co tein, el exquisito autor de El Ladrón mo piensas. Reconcentrado en mi mismo, Por las siguientes opiniones que amavivo de mis recuerdos; éstos y el sufrimien. blemente nos permitió la artista transcribir Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.

    Notas

    Este documento no posee notas.