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10 PAGINAS ILUSTRADAS En la Legación de Chile ACIA el anochecer, el astro rey descendió al ocaso entre celajes de oro y púrpura, presagiando el buen tiempo que hizo esa noche, en que la sociedad elegante se preparaba pasar horas deliciosas en la casa de la Legación de Chile y para eu.
ya recepción habiamos sido galantemente invitados por el señor Secretario, el Honorable señor don Eduardo Solis Vergara, quien es hoy, por ausencia del señor Ministro Vergara Clark, el encargado de la Legación.
El balle ofrecido en la noche del 18 de Septiembre por el señor Solis Vergara, a la sociedad costarricense, fué con motivo de celebrarse ese día el Primer Centenario de la Independencin de Chile, y podemos afirmar que alcanzó las proporciones de un gran aconteci miento social.
Este baile, al que desde un principio se le auguró un gran éxito, vino demostrar la gran estimación que durante los pocos meses que ha permanecido en Costa Rica, ha sabido conquistarse el señor Solis Vergara, no tan sólo entre sus colegas del Cuerpo Diplomatico, sino también de de toda nuestra sociedad.
Señorita Esperanza Castro Los amplios salones en que se efectuó la fiesta, fueron arreglados con profusión de plantas, flores y luces, dando el conjunto un gol pe de vista encantador. las nueve de la noche, una numerosa orquesta dirigida por el joven maestro Campabadal, anunciaba con los himnos costarricense y chileno, la llegada del señor Presidente de la República, Lic. don Ricardo Jiménez; acompañabanlo su Secretario particular, don Joaquin Fernández el Coronel Prestinary y los ayudantes señores Arias y Campos.
Ambos himnos fueron oidos de pie por la numerosa concurrencia que llenaba ya en esos momentos los elegantes salones.
Terminada esta ceremonia, se sirvió una copa de champagne, siguiendo enseguida el baile, que duró hasta las primeras horas del siguiente dia.
Admiradores sempiternos del arte en todas sus manifestaciones, y por consiguiente de la belleza de las mujeres costarricenses, es ellas, que lo fueron todo en esa noche, quienes nos dedicaremos.
Como leves y aéreas mariposits, yendo y viniendo de aquí para allá, en los revoltosos tiros del apasionado vals, de armonias fan dulces y acompasadas como son las de Un sueño nupcial; ya volando con los vertiginosos compases del two steps: Señorita LUZ CASTRO ora luciendo su garbo con la amorosa mazurca, en la que los enamorados requieren de amoros sus compañeras; mezelándose y confundiéndose en aquel mar de luz, en donde los colores de les trajes celestes, blancos, cremas y azules heriun nuestra pupila, impresionándola agradablemente. El aire tibio, lleno de perfumes embriogantes; las melodías de la orquesta, la luz de tantos ojos, que alumbraban como otros tantos soles, los bustos y dorsos de tanta mujer linda, nos embargo de tal manera que por un momento olvidamos nuestras penas y nos ereimos transportados un mundo todo lleno de poesia.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica

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