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PAGINAS ILUSTRADAS El juego de Sacundo thic inte Fue en los tiempos en que en el adic.
tivo independiente no se había engoliado en la politica prostituyéndose hasta la pa red del frente, para designar una facción politica las mas funesta de cuantas ha tewido el país. Fué en esa ciclosa edad, edad de oro del oro. cuando los compleados el dia iltimo iban con su nomina cobrar el sueldo, temblaban al ver al pagador sacar las inanotadas de monedas amarillas, pues pun hacerse platit faci litur sus transacciones los servidores públicos, tenia que pagar un descuenta sobre el oro.
Era entonces de ver en los tapetes verles los montones de onzas españolas y ganadinas confundidas con las aguilas Sanguis, las libras esterlinas y los napoleones Entonces las paradas se hacian por anzas, y de unas pintas de resis, rincos 733, de dos o tres praga di fodas! dichos con el garba la firmeza consiguientes. Facundo Arilez. que esa noche estaba derecho como un puso, se embolso mi mas en el termino de dos horas, todas do las teclas de Santa Palomi. Enton.
ces mil ons erun diez y seis neil pesos en peridad de verdad y valian lo que pe.
Salar. Ya era la una de la mañana, el juego Isabia languiducido, y Facundo enemigo de pielies, pudo salir muy tranquilo de aquel antro. Devaneio para su casi y bien abrazada bajo la capa su talega con las niil onzas en distintas monedas, con las cuales pensaba hacer una toul reforma en sa casa y solventar una infinidad de cuitas que atornillaban su vida desde hacia luen.
gos meses en que la suerte caprichosa la Tratalia con rigor, porque la verdad ser dicha, Facundo era persona conspicua y de probidad insospechable, hasta donde puede serlo un tabur consuetudinario. que vivia de los proventos del pícaro sport, CuVO centro principal estaba en el palacio llamado Torre de Malakof, situado en la acera donc de la plaza de Bolivar, val cual por algo, la estatua del Libertador, con disinulo, y sit faltar al respeto, TUsolvió volverle. la espalda.
Cuando Facundo llegó a su casa. su mujer que estaba acostumbrada a las vi.
gilias, aunque en veces cansada de esperar le, se recogia sola, dormia el primer sueño: pero esa noche hubo de despertaria para quc sis perdida de tiempo gozana de la gran noticia que le traia.
La buena señor. despertar para im.
ponerse de que la felicidad se le había en tado si la casa en forma de un talega con mil onzas de oro, se quedo estupelicta.
Fintro la dichosa pareja. 11. a formar castillos en el aire. sino el presupuesto de los gastos que al día siguiene se harian. Yo, dijo lacundo, muy de mañana me iré il pagar los res meses de alquiler que se están debiendo algunas otras cuentas en los almacenes, las cuales se están haciendo viejas, como va me lo han dado a entenderalgunos de los crecuores que ignoran las angustias que he pasa do con ello, porque es la peor de las cala midades deber el ciertas condiciones. Tu iris comprare una buena sara o dos, y Ja ropa de camas demás piezas de la in siumentaria que va necesitamos con urgen.
cit. Por la tarde, iremos juntos. negociar la casita aquella por el barrio de Egipto que tanto te ha gustado. Ese harrone LUS, por ser el mis alto de la ciudad.
Que más Aquel jueguito de muebles que vimos el otro dia donde Zalancaran jalad loza donde Loscono. Duena, bija comprato la que quieras. y manda la criada al mercado para que traiga lo necesario y dile que prepare un buet almuerzo y convidar. quiénes convidamos. Eso lo veremos mañan. Ahora domir quilos. Pero no te puedes imaginar como estaba yo de derecho. D. Facundo conto a su mujer mil detalles de la sesión que había tenido, basta que clla se durmió arrullada por ian gratas im.
presiones, para dar de urano si los provee.
tos esbozados por ambos esposos, 7170 do tnn. Facundo, aguijoneado por tantas emociones, a cada momento se levanala para trasponer la talega, crevendo que du rante su sueño podria desaparecer, sin en contear Ingar suficientemente seguro para ocultarla: pero lo más mrn era que saltaba GOMEZ

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