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PAGINAS ILUSTE PÁGINAS ILUSTRADAS Resonancias del terruño.
Por Ramón Quesada.
Ultimos días de Cartago TOT 10 sor El Cuerpo de Saneamiento se babia di.
rigido desde temprano al Cementerio, que se encontraba en un estado lastimosa cie inminente peligro. Luego que va dejó a mis hijos mayores con algunos amigos sacando, de entre las ruinas de mi cusa, algunas ropas y objetos indispensables par: instalarnos de cualquier manera en otro lugar, conto si las del me fui maquinalmente siguiendo carretón de tuiertos, porque deseaba llegar al Campo Sinto a ver en que estudio habia quedado la modesta tomba de mi familia. El arrie ro no supo darme noticia de quienes eran aquellas víctimas, y solo me dijo va he echado varias viajes y no sé a quienes llePor todo el trayecto encontré alanosos grupos de jóvenes josefinos mezclados con nuestros artesanos. Avuciando la obra de salvamento y repartiendo vive res entre los necesitados. Algunos se 112bian convertido en curanderos y en ple.
18 calle lavaban leridas, ligaban piernas, aplicaban sirnica y repartian drogas cono cidas, de las que mis se podían necesitar en aquellos momentos.
Al llegar al fúnebre recinto noté que n:die entraba por el porton general sino que todos seguian la calle de la Arenilla.
donde habia otra puerta para lite entrada de materiales. La elegante fachada de estilo toscano estaba partida horizontalmente unos tres metros del suelo, desprendida la esquina del noroeste. Todas las tapiss que cerraban la parte nueva habían caido uno y otro lado. De aquel sitio se exha.
laban malos olores, que los trabajadores procuraban atenuar derramando desinfec.
tantes en gran cantidad. Gentes de Taras, de la Arenilla y de San Rafael, abrian grandes zanjas e iban depositando en ellas todos aquellos muertos anónimos que no tenían quien se doliese de ellos, ni quien les hiciese una sepultura parte de las de mis. Al iban juntos grandes y peque.
fos, hombres y mujeres, amigos y enemigos, porque el masero dejó entonces de ser una palabra convencional para convertirse en conmovedora realidad.
vo. recurso de los que apenas la ban ard.
como arma de defensa, desdeñados teac de la ciega mal repartidora la con amable ironcia que va corróc en der las carnes del monstruo de los mi que llones de cabezas, como descorcha en los corros juveniles la champana espumante de la risa y la de la alegria, juega en la come dia, del brazo del chiste rico, del calambour nativo, que es, para el mad que sabe medir su alcance regio relig nal, de alto valor, un papel de labi importancia y realiza una labor CONY 22ena de actualidad, que fue med comprendida y aplaudida.
gitir Mucho temi por la comedia. la cuanda si asomarse por aqui!
cho por allá, ese regionalismo que ha toda sido al malecón donde han ido cris malograrse tantos esfuerzos novelescos, vencidos al fin por la cion zones poderosas. El esguinces la tiras ironia cómica, son elementos tan levantiscos que casi siempre tiran hacia el ridiculo, hacia la pantomi. cont ma y hasta lo grotesco, afeando tenc el conjunto y amenazando el éxito de la comedia, a pesar de que los manejen actores notables. Así se 2011 guramente piensan los autores de come hor, que como Bonavente, Lina giere res Rivas otros, adornan sus esco obras con los tintes rojos del chis lucha te, inteligentemente distribuido en Licee sus comedias neces cuando una pareja de Her aplic manos andaluces hacen de lo có con mico la base de su obra, la cir Paris cunferencia y el centro de sus prodrid?
ducciones teatrales, es porque dentro de esa modalidad, su genio gove produce y porque en SUS venas rón arde el rojo de los claveles, el gracejo de las mantillas toreras, el de nio estre Teatro patrio Cuento de Amor por el Lic. Ernesto Martin Fué un éxito de esta casa el tes escénicos en su autor. La acexito del jueves en el Nacional; ción discurre en la obra, desarro PÁGINAS ILUSTRADAS siente co llándose sin violencia ni tardanza, mo suro el triunfo de Ernesto y en los oportunos movimientos Martin, quien fué aplaudido ca de las figuras ni se descubre el iurosamente en su debut dramatico, hilo que tira de los cabellos conya que como literato se le conoce vencionalmente. ni las planta en de la tienpo entre nosotros. las cajas, como estatuas en tormenCuento de Amor. escrito en tosa espera del tirón que les arroja unos cuantos ratos de vena, amen al palco escénico.
de la corrección del lenguaje dis La ironia, suave filosa como tinguido, indica excepcionales do la hoja de un Alorentino estoquesima ya

    Violence
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