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S ILUSTRADAS PÁGINAS ILUSTRADAS a th ia elo ni a2CORE:ラット hasta que al entrar al patio de la casa, y tropezar con dos cadáveres que estaban cubiertos con una sábana tuvimos, con dolor inmenso, que decirle la verdad.
Una escena iniposible de contar, sin que el corazón se sienta de nuevo conmovido, se sucedió entonces: mi padre, de pie contemplaba a las víctimas, casi indiferen.
te, por lo extraordinario de la emoción, y todos los demás grandes y pequeños. nos lamentábamos de nquella increible fatalidad, que en brevisimos segundos habia llenado de luto nuestro hogar, sumiéndonos en el mayor desconsuelo y abatimien.
to.
Poco más tarde teníamos que soportar la inefable pena de ver salir para siempre de nuestro lado, con dirección al cemen terio, aquellos restos venerados, sin un ataud siquiera, porque no habia donde conseguirlo, y en una carreta, que era lo único que se pudo conseguir para el en.
tierro; y tres días después, el compromiso de abandonar, con el mayor sentimiento, aquella ciudad en ruinas, para trasladarnos Alajuela en busca de un asilo. ia Te ta ה: ia 13 a, FELIPE SANCHO IGLESIAS.
La serenata de un poeta Ernesto Martin En alta noche solas con la calmavense unos cuantos músicos afuera, se escuchan suaves notas en la acera de la morada poética de una alma. se levanta erguida como palma al escuchar la música ligera.
la novia joven, que abre su vidriera la canción ducísima de Balma.
Su tierno corazón adolescente, se estremece agitado por el miedo.
de sufrir las torturas del cariño.
Hay perfumes de amor en el ambiente.
Ya el eco va extinguiéndose muy quedo: la serenata expira como un niño!
OrONIEL FONSECA Don Pio Bolaños Cónsul de la República de Nicaragua en New York (Esposo de una hija del Dr. Juan Ulloa)
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