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PAGINAS ILUSTRADAS DOUS her MM pohy ¿Cual. Dilinglis. Cuál ha de ser, cuál ha de ser Dios mio?
yo al esposo niiré y él me miro; querido Juan, que me ama todavia con la misma ternura que aquel día en que el cielo bendijo nuestra unión Ambos mudos estábamos yo quise ese triste silencio interrumpir.
y en voz muy baja y trémula le dije. Repite lo que ofrece y lo que exige en su carta Roberto. Dice asf. Juan levo: De vuestros siete hijos dadme uno para siempre, el que escojis, y yo en cambio os daré tierras y casa, tendréis fortuna y bienestar sin tasa, y el hambre ahuyentareis de vuestro hogar.
Tomé mirar Juan; en su vestido vi la pobreza; en su semblante vi las huellas del insomnio y la fatiga, del trabajo tenaz que yo, su amiga. mi pesar, no puedo compartir. pensé en nuestros hijos: jay, son tantos!
Siete que mantener y que educar!
luego exclamé con aparente calma: Mientras durmiendo están jhijos del almal ven y escojamos al que se ha de dar.
Con paso lento. asidos de la mano, la penosa revista al comenzar, llegamos a la cuna de Maria: joh cudn hermosa estabat Parecia una rosa entre lirios y azahar.
El pobre padre quiso acariciarla y con su tosca mano la toco; ella hizo un ligero movimiento, el retiró la mano con acento que nunca olvidaré, dijo: Esta no!
Fuimos a una camita donde juntos formaban dos un grupo encantador; itan lindos, tan pequeños, tan queridos!
y cómo, cuando están asi dormidos, inspiran más ternura y compasión!
Una lágrima vi que humedecia la rosada mejilla de Julian; la enjugué con un beso de ternura y dije: El pobre es una criatura; este tampoco lo podremos dar.
Por largo espacio, con los ojos húmedos mirándolo estuvimos: Juan al fin dijo sintiendo lo que yo sentia: Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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