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PÁGINAS ILUSTRADAS tes, con ron Ireien SOcia.
que utas al cerros saco una pieza de lino, y me regalo un ánci madre una sepultura separada, con corte para amortajar mi madre. Siempre auxilio de otro hombre, y no pudimos recordaré con cariño tan oportuno servi darle al hueco más que dos varas de loncio. Volvi pronto al sitio en que yacia el do, por lo mucho que temblaba y por el venerado cadáver, y en compañía de un peligro de quedar también nosotros entehombre caritativo lo envolví y lo puse en rrados alli.
el cajón. Solicité el auxilio de otras cuatro Cerrando eché la última mirada a aque.
personas para que me ayudasen. llevarlo llos restos; el Hanto baño de nuevo mis al panteón, pero ignoraba que había orden mejillas y en mi desesperación me lamen.
de conducir antes los muertos la plaza taba de no haber sido yo también muerto, del Cuartel, no sé con que objeto. Tavimos al refleccionar que mi pérdida era irreparaque ir primero aquel lugar y daba horror ble. Jamás se despintarán de mi mente, ver como estaba la tendada de muertos, don Ramón, los recuerdos, de tanta cosa los zopilotes sobre las ruinas del Cuartel, triste, y puede Ud. creer que me he tenido y un carnicero desgrazando al lado una que sobreponer para complacerlo, porque res, para distribuirla a la gente que pedia esta misma carta va humedecida por mis un pedazo de carne, que los empleados lágrimas.
partian, talvez en el mismo punto de donde Cumplido aquel último deber de hijo, se acababa de levantar un muerto; pero me retiré de la selpultura hacia el zanjón así se lo disputaba el primero que podía, y en que iban depositando aquella mortansalía muy contento. poco rato se dió la dad de gente, unos sobre otros, de cual.
orden de llevar los cadáveres al panteón, quier modo, sin mis doliente ni más nada.
y el Coronel López tuvo la atención de entonces tuve como un desahogo del darne cuatro hombres para el entierro. alma, y me senti ya más conforme con mi Partia el corazón ver cómo iba por la lar. desgracia, al ver que había hecho por ga calle la mayor parte de las víctimas. mi buena madre, que Dios tenga en su Llegué con mi querida carga su destino, gloria, cuanto humanamente era posible, y le pedí al pantionero una fosa, pero me al presenciar lo que se estaba haciendo fué imposible conseguirla. Entonces me allí con los demás.
resolvi, a pesar de mi casancio, a hacerle Gabriel Molina an, nos ma, ad, los da nisvaornás on ble ba naero dewer. or ra ge.
Pensamiento Castigo!
Para Eva Para el la mi an ré a.
aPuso Dios en el cielo los luceros, en los campos verdores y quietud: dió aromas la flor, al mar veneros, y la mujer bellezas y virtud.
Más pura que las luces de los cielos, más bella que las flores del Edén es la mujer que funda sus anhelos en practicar el bien. GAGINI Heredia.
Del plácido jardin de mis amores, seguro de tu amor y tu constancia, pase a tus plantas la de más fragancia, ja mis hermosa de mis pobres flores.
y mi en cambio, mujer, tú que me diste?
La punzante injusticia de tu olvido, que lastimó mi corazón herido que hoy llora mudo, solitario y triste!
mi s,

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