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Páginas Ilustradas garros émoervos palos al emos talezpara es de mos huElaviBrengue te, el viejo leopardo ensangrentado gio, ante las fieras del circo; debéis siguió vivo, calentando el cachorro tirar con asco los mendrugos del de la redención futura en el frío cu soborno; debéis alzar el báculo de bil de sus montañas; y, de salto, en vuestra entereza contra el mastin salto, de peña en peña y de collado de la amenaza.
en collado, pudo acercarse ver, Si os invitan al festín, no hagáis desde sus costas, cómo se iba ale caso! Pensad que las heces de esos jando de sus nieblas, con fugitiva vinos maculan para siempre los larapidez de derrota, el maldito ful bios. Pensad que mientras se hargor relampagueante, infecundo y tan esas concupiscencias, la dignifugaz, de la conquista.
dad se está muriendo de hambre!
No nos crucemos de brazos ante Y, sobre todo, no permitáis que lo que se ha dado en llamar lo irre vuestra fe se apague! Sed las Vesmediable. Frente a la relativa fatali tales de vuestra propia lámpara! Vi.
dad de un hecho se erige siempre vid con la esperanza en el alma, la absoluta fatalidad de un derecho. limpios de mancha indecorosa, tranPero, para alcanzar el triunfo, quilos de conciencia y fuertes de apercibios con todas las armas y voluntad, asidos la cruz del sacriNefendeos con todas las corazas. ficio, y con los ojos vueltos al Tenéis que combatir contra los ape Oriente, en donde debe abrirse, cotitos de la carne, contra las ham mo una gran rosa redentora, el alba bres del estómago, contra las trepi de la libertad. daciones de los nervios. debéis sonreir, con sonrisa de martiroloSANTIAGO ARGÜELLO cara OSCO ira y naarlo, Cirlo a es con ugas del lloino.
sa izas el Cínica Para Simón Rivas Mujer, encarnación de fatalismo; no quiero ya que tus pupilas verdes con que donceles y longevos pierdespongan luz enigmática en mi abismo.
No quiero que en tus noches de cinismo, cuando con boca lívida te muerdes furiosa de libidine, recuerdes nuestras horas de mágico erotismo.
Trágica y bella y juvenil, tu sola tuviste anhelo de alegrar mi hastío con tu febril salero de española, Que sacudió, frenético, mi alma; por eso joh! ninfa, que no vuelva ansio tu amor impuro disipar mi calma.
GASPAR HERNÁNDEZ Panam. í, Dic. de 1910.
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