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Paginas Ilustradas Otelo lebió lividu oarier mento mu ses; Norte no sa En que Ha disin prote Leon Los clásicos corceles de bronce que adornan la bizantina fachada de San Mar.
cos parecen mirar de reojo unos elevados mástiles, cuya imagen se complacen en retorcer las verdes ondas marinas de reflejos amarillentos que se rompen contra la renombrada plaza, siempre bulliciosa y animada por gondoleros y traficantes, como por una turba de ociosos llegados de todos los rincones del universo mundo.
Esos mástiles en nú nero de tres, en donde veces se posa una paloma de las innumerables que pululan en derredor de la catedral del gran Evangelista, ostentan en dias de fiesta amplias tricolores italia nas; en mejores tiempos enrpero, cuando la bella Venecia se encontraba en el piná.
culo de la gloria, solian tremolar gallardamente sendos estandartes de Morea, Chi.
pre y Candia, cuyos territorios estuvieron bajo la férula de la espléndida reina del Adriático, hasta que el Gran Turco acabó con el poderío ultramarino de la ciudad de las Lagunas.
Durante las guerras de dichas dos potencias por la posición de Chipre se supo: nen ocurridos los acontecimientos que sir.
ven de escenario a la obra que Shakespeare titulo: La tragedia de Otelo, Moro de Venecia, aparecida después de Hamlel, en 1603.
Muchos críticos venían sosteniendo la originalidad de la tragedia referida, cuando se descubrió la insulsa novelita, de Gi.
raldi Cinthio que le sirvió de base; mas a pesar de lo insignificante del indicado ar.
gumento, la pluma del genio lo vistió con ropaje tan brillante, que de ello resultó una de las más excelsas creaciones literarias de los tiempos modernos, en lo cual están contestes el público, la critica Schlegel es interesantísimo en este pun to y los infinitos actores que con ella han cosechado laureles sin cuento.
Apesar de la paternidad de Giraldi Cin thio, se me figura sinembargo la fábula de origen popular y mucho más antigua que la novela, porque tiene el sabor.
cillo de los deliciosos cuentos del siglo XIV. En su virtud podria afirmarse que Cinthio no hizo más que adaptarla, a la vez que la remozaba entretejiéndola en hechos históricos de interés local.
Examinemos someramente esta cuestión.
No creo verosimil que en un pais de rancias tradiciones aristocráticas como Ve.
necia, pudiese llegar un extranjero y de añadidura liberto ocupar en aquellos tiempos una posición social de importancia; mas si es probable que el cuento po.
pular se refiriese un individuo que no era ni mahometano, ni de Africa, ni menos liberto, pero al cual añadiera Cinthio tales cualidades por llamirsele por tradición el moro. lo cual ahora y en la épo.
ca en que vivió este autor significaba lo mismo que negro africano, pero que antes, tanto en la Lombardia como en el Veneto quería decir puraniente smoreno. Tal vez sucediera así por ser alli la mayoría, de los habitantes rubios lo que en sentido inverso, puede observarse en las regiones donde los más tienen la tez obscura.
Del mismo modo que los lombardos llamaban un moreno il moro en vez de llamarlo il bruto, suelen decir los alema nes de un moreno schwartz (negro. con cepto que en inglés se expresa por dark (pardo osbeuro) pesar de que existe swarthy (negrureo) que he leido en Walter Scott.
Asi es que el tal Moro de Venecia di de ese lai 10 ni ge 44

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