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1 Páginas Ilustradas Carta un amigo Al co ensang de mig Desp. mi a al viejo Yote escuch del hue Pien que de ay! en Salv do el voy po Miro de hun llevan Yo a ver las lág Mi inolvidable amigo: Si supieras lo que me cuesta hollar un consonante, de mis apuros compasión tuvieras; Pero no hay esperanzas; isinuante vibra mi lado tu lenguaje fiero que me pide tercetos al instante, Yo que tu enojo todo lo prefiero obedezco sumiso tus mandatos, y heme aqui con papel, pluma y tintero, Trazando indescifrables garabatos que harán pasar, puesto que lo has querido al paciente lector muy malos ratos.
Si censuran mis versos, si un silbido resuena por ahí como en los toros rasgando el corazón más que el oido, Busca de la paciencia los tesoros y encontrarán tus invisibles vallas los criticastros y sus ruines coros, Yo el bulto escurrire, y allá te lo hayas, de lo que a mi me exiges en castigo.
con la turba de viles y canallas.
Aceptas? Pues mi epistola prosigo que sólo tiene un mérito y consiste en que lleva el afecto de un amigo. Cómo la paso aquí» Triste, muy triste, sumido en horas de letal vigilia, siempre en algo pensando que no existe.
Mis amores, mis versos, mi familia, mis sueños de grandeza, desvarios que no sé cómo el corazón concilia.
Ayl esos son los compañeros mios que pueblan de mi estancia los espacios silenciosos obscuros y vacíos!
Siempre la dura realidad rehacios mis pensamientos, como magas viejas, fabrican en el aire sus palacios.
Atravesando las caladas rejas; cómo van penetrando en sus recintos las historias de amor y las consejas!
Una vez en tan bellos laberintos, bien sabe Dios que allí me quedaria no soplar después vientos distintos.
Me sacude invisible bateria con su chispazo, la razón despierto allí está la lección de Anatomia.
Con duro ceño y ademán incierto abro el libro, y pensando en mi miseria principio interrogar a un pobre muerto.
No hay en verdad ocupación más seria que seguir a través de un organismo el tortuoso trayecto de una arteria.
Cómo olvido nis sueños! cual me abismo sorprendiendo del hombre los secretos, es decir, los secret de mi mismo! luego, herido por extraños retos, me acerco al anfiteatro y su plancha para hacer mis estudios más concretos.
Me lavo alli de innominiosa mancha, ruedan mis fanatismos por el suelo como en el monte altivo la avalancha.
Si me vieras blandir el escalpelo y cubierto de sangre y de sudores despanzurrar a quien olvida el cielo, en medio de aquel cuadro de terrores hacer la disección, firme y seguro, de un corazón que para ti es de amores; Resolver sin congoja y sin apuro los problemas más hondos y formales llevando luz hasta su seno obscuro; Hablarte de los centros cerebrales, buscar del alma la morada tosca y en el nervio buscar fluidos vitales; All se aba de un

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