Páginas Ilustradas 13 RIA TAS taba ista, era e no ses Carla Ciaba covefui a coci ortuaban staba que Ya so de amen.
para dome Almuerzo al aire libre de un grupo de excursionistas del Centro Español cia de suma.
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bo de poco tiempo vo ahorraba cinco pesos semanales, de todo lo mal gastado anteriormente. y mi cocinera ganaba lici.
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se casó, y hasta entonces se separó de mi casa, con una suma muy regular de sus economías. María Callahan fué su sucesora. Inmediatamen.
te la inicié en la cooperación. Al principio se mostró desconfiada, sospechando que yo queria las ganancias para mi sola.
Pero la evidencia de los hechos la convencio, y fué tan buena y lista como Margarita.
Desde entonces, he convencido fácil.
mente a mis cocineras de que sus intereses y los míos son idénticos. de este modo, en vez de luchar con verdaderos enemigos, como son a menudo los criados, he logrado trabajar de acuerdo con socios.
Todas son ventajas: mi mesa está mucho mejor servida, yo dispongo anual.
mente de una bonita suma, y mi trabajo de vigilancia es casi nulo, desde el momento en que mi cocinera accionista se empeña hasta donde puede por el éxito de la sociedad y porque las ganancias alcancen al máximun.
Desde que mis cocineras son mis cooperadoras, la leche no se derrama al her.
vir, la carne no se quema, ni los huevos se echan a perder, porque todos estos gastos extraordinarios disminuirían sus ganancias.
Además contentas satisfechas de sen.
tirse consideradas como capaces de aso.
ciarse con sus amos para un común provecho, se posesionan de su papel y procuran el bien general.
En fin, que en los actos de la vida do méstica, que no es más que un mundo en pequeño, todo se reduce, para obtener el mayor éxito, estudiar las tendencias propias de la humană araleza y aprodirectorest egoismo de cada uno, en bien.
Si todas las mujeres intentaran una cosa paracida, el problema de los criados se resolvería fácilmente.
Claro es que ni Margarita ni Maria son excepciones bensar muy ricos nte no en la ne COSrá car de la tancias rlas en in con LELA al ca