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Páginas Ilustradas SLI ha.
Ja Te on era ué do. si di de blo Lo dice usted de verasi dijo Julian.
Estoy seguro de ello. Envieselausted inmediatamente. Si. si. Pero se ha olvidado us.
ted de poner la dirección No me la ha indicado usted. No se la he pedido por discreción, puesto que jamás me ha dicho usted el nombre de la mujer a quien escribia.
Hubo un segundo de silencio, durante el cual habríanse podido oir los latidos del corazón de los dos amantes.
De pronto exclamó Julián, con voz temblorosa: Ponga usted el sobre: Ginés Blainneteau, calle de San Antonio.
De un salto púsose en pie el memorialista.
Guillermina se arrojó de rodillas sus pies, en demanda de perdón.
Julián besó la mano al anciano, y le di jo. No poseo más que diez doblones de oro!
El memorialista contempló a su hija, sin saber si debía incomodarse con ella o perdonarla Guillermina exclano. Te amo. Nos amamost dijo Julián.
Ginés recordaba los térninos de la carta y no podía ocultar su emoción.
Al fin, abriendo los brazos, exclamo. Serás esposa de Briquet. Yo completare los doblones de oro. Pero no se lo digáis nadie!
ALAIN MONJARDIN oy ies 21misiva. Estoy sus órdenes, y dicteme Listed lo que guste.
Julián habló con la clocuencia de la pasión, y supo encontrar palabras dulcisimas y acariciadoras, que llenaban de alegría a la que las escuchaba silenciosamente.
Ginés soltó de pronto la pluma, y dijo. De dónde diablos saca usted todas esas delicadezas. No lo sé. Lo que es yo, a pesar de mi experien cia, no habría sabido escribir una carta tan admirable.
El carpintero volvió diariamente a la tienda y continuo expresándole su amor infinito la elegida de su corazón.
Hasta el mismo memorialista acabó por interesarse en el asunto. Por qué dijo a Julián si ama usted tanto esa muchacha, no la pide usted en matrimonio. Porque soy pobre. ella es rica. No tiene dote; pero su padre quiere que yo posea una cantidad determinada. Ese padie es como yo, y sabe lo que se bace. Puedo asegurar usted que es un hombre excelente, a quien estimo muy de veras. Por qué no trata usted de hacerle cambiar de opinión. No será posible. Vaya usted a hablarle. No me atrevo. Pues escribale listed. Tiene usted razón. Coja usted la pluma, y manos a la obra.
El obrero estuvo esta vez aún más elocuente que antes. Describió al padre el amor que sentia por su hija, y supo expresar maravillosamente el dolor que a la enamorada pareja causaba la terguedad del padre al pretender que el marido aportase al matrimonio una cantidad de terminada, El memorialista escribia y escribía, y las palabras de Julián le causaban extraña emoción.
Pensaba en aquel padre que se negaba hacer la felicidad de su hija, y le encon.
traba duro y cruel.
Entregó la carta Ginés al obrero, y le dijo. Si el padre no consiente, después de haber leido esta carta, tiene el corazón de piedra.
Ciruet re Ler de inla PENSAMIENTOS Fuiel exele Un hombre perezoso es un reloj sin cuerda. BALMES.
Más vale una onza de prudencia que una libra de astucia. SIDNEY.
nabía nor Los sabios constituyen la cabeza del gran sér llamado humanidad. HUGO. es 012la Los desgraciados son profetas algunas veces. CONFUCIO.

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