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Pugmas Ilustradas 11 OS le 15.
TODAVÍA. esta lejos la tumba todavíat. por qué sufrir así: por qué ese llanto que oscurece tus ojos, como un manto que tendiera la noche sobre el dia. Si sufres por mi mal, la culpa es mia?
el ave culpa cuando al dar su canto alguien siente sufrir hondo quebranto en el silencio de la tarde umbria.
La vida es una flor de desencanto, y enraiza en mi sér, negra y sombria, como sobre la tumba el cardosanto. No importal la gocemos. la agonía coronada de amor es un encanto, y está lejos la tumba todavíal.
en fi el ia FELIX CALDERON Guatemala)
le La madre me dirige casi un tiempo estas dos misteriosas palabras. Qué hay. Qué sucedes Yo me acerco su oido y la digo: He visto. Emilia. qué. Me ha causado pena.
Cómo. El brazo de un joven rodeaba su cintura. Es imposible. Sus rostros se hablaban casi juntos, sus manos unidas, sus miradas inquietas. Qué está usted diciendo. Se oprimian, se estrechaban, se confundían uno con otro.
El rostro de la madre se enciende, y corta mis palabras. Eso no puede ser, dice levantándose. Señora, vo lo he visto. Pues yo también quiero verlo.
Apoya en mi su brazo, que siento temblar, la llevo al salón donde se baila, y Emilia se presenta a los ojos de su madre como yo se la habia bosquejado, esto es, valsando.
La madre me mira, se sonrie, me recon.
viene por haberla dado un susto, y me abandona tranquila y satisfecha.
Un vals! He aquí una palabra que todo lo escusa.
Como si en un vals la cintura no fuera cintura, ni el brazo brazo, ni la mano mano.
Un novelista francês dijo al entregar su hija al que se la había pedido por esposa: Os lleváis un verdadero tesoro: es joven, es bella, es rica, y no ha leído ninguna de mis novelas, Dichoso mortal, si la hija del novelista hubiera podido añadir. Ni he valsado jamas. CARRASCO ese a.
OS 111 os le 2012 a. EL CORONEL LA PRENSA EUROPEA La cortesia europea, eso que los franceses llaman «savoir faire y los ingleses good form. había impedido la prensa del Viejo Mundo dar su opinión franca y explicita sobre los desplantes oratorios de Teodoro Roosevelt, quien causó la hilaridad en la vieja Sorbona con un discurso lleno de vaciedades y de lugares comunes. idignación en el Guild Hall, con sus imprudentes y descorteses ataques a la politica de una nación que le recibió jubilosa, con los brazos abiertos. El temor de que el Coronel, como le dicen hoy sus compatriotas, escalase nuevamente el poder, apaciguó mucho los ánimos y la azotaina no fué tan recia, pero ahora que el pueblo americano le ha vuelto las espaldas friamente, ahora que los demócratas le han dado tan espantosa derrota, humillado su vanidad y su soberbia, los grandes diarios europeos, que ya no tienen nada que te mer, se echan sobre el tartarinesco ex Pre.
sidente, sin ninguna conmiseración, cubriéndole unos con ridículo, y otros, los más serios, comentando su fracaso, debido, según el Daily Express, lo engañado que estaba acerca de su autoridad personal y a la inconsútil violencia de sus actos en la campaña. Sea de esto lo que fuere, lo cierto es que el estruendoso cazador de leones ha sido derrotado, humillado en su orgullo, bajado de su tripodi.
se je Da OS EL TERREMOTO DEL DE MAYO 2en el to JO Nuestro colaborador don Ramón Quesada se propone publicar en folleto los interesantes articulos que ha estado publicando en esta Revista con el titulo de Ultimos dias de Cartago, En dicho folleto constarán algunas de las impresiones solicitadas sobre los pri meros días siguientes a la catástrofe.

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