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ΤΙΠΟ de noche la evocación de no pocos interesantes recuerdos de hechos en que intervinieron personajes ilustres como Espartero y Donnel, Argüelles, el Duque de San Carlos y cien más. Pero el apremio del espacio obliga ai omitir memorias tan in teresantes. NAPOLEÓN cortado en forma de pequeña melena, estilo de los románticos. Fernando lucía el bigote recortado y breve perilla; Thui.
Hier, sotabarba, muy rasurada en la parte de las mejillas: recordaba algunos retratos de don Salustiano Olózaga y del primer Marqués de Pidal.
Vistió Díaz de Mendoza una irreprocha ble y deliciosa levita, color castaña, corta y con un poco de vuelo; un pantalón cuadros y otro gris, de mezclilla y entrabillados y varios elegantes chalecos, no muy diferentes a los que gustan de resucitar Antonio Hoyos Morote.
La gran corbata, que daba la vuelta al cuello, se adornaba con el alfiler de camafeo.
Emilio Thuillier vistió en el primer acto, levita semejante la de Diaz de Mendoza; en el tercero, el clásico frac azul, con botones dorados y gran chaleco brochado, y en el cuarto, le vita y pantalón verde.
El tipo de don Juan, elegante y conquistador, estuvo perfectamente caracterizado.
Los sombreros que llevaron los dos actores, anchos de ala y altos y puntiagudos de copa, eran los característicos de la época, así como las botas de punta cuadrada.
Préstase la artistica resurrección de esa el con Fuiste un hombre: tu espada inquebrantable cien pueblos tuvo su poder sujetos, temblaron tres reyes los retos que lanzóles tu espiritu indomable.
Tu gloria es como un sol: inapagable; pero en él van, amenazando, inquietos, cien ejércitos negros de esqueletos que obscurecen su lumbre formidable.
Soberbio el pedestal de tu grandeza.
irguióse altivo entre la sangre humeante.
formado de cadáveres y espadas; mas, tal vez se derrumbe con fiereza y truenen a su golpe de gigante.
roncas, secas y odiosas carcajadas.
FELIX CALDERÓN New Orleans, 1910.
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