Páginas Ilustradas EL NIDO Para Juan Aris arinosamente Aquí el jilguero, con afin prolijo.
reunió las hojas que encontró su vuelo; el dijo aquí su amargo desconsuelo aquí el jilguero sus canciones dijo.
El dios Amor este lugar bendijo, y quiso el dios, desde el remoto cielo, que en remembranza del cumplido anhelo quedase el nido entre las ramas fijo.
Aquí solloza el corazón humano; aqui la mente del mortal se empaña ante el recuerdo del hogar lejano. Porque del ave el solitario nido hace soñar en la feliz cnbaña hace soñar en el hogar perdido MIGUEL ÁNGEL CASAL Costa Rica, 1911.
PRIMEROS ENSUEÑOS COLONIALES RECUERDOS INFANTILES Triducción por labio Baudrit Una vez una chiquilla. rompió una fruta de las colonias, grande, muy grande.
salió de dentro un bicho verde, verde.
y la pico. y de eso murid Mi amiguita Antonieta (seis añ ella siete vo) me refiere esta historia propó.
sito de un albaricoque que acabamos de abrir para repartirlo. Estamos en el extre model jardin en el hermoso mes de junio, bajo un albaricoque trondoso, jun ios en el mismo banco, tan juntos, que nos tocamos, dentro de una casa del tamaño de una colmena que para uso per sonal contruimos nosotros mismos con tablas viejas y tapamos con esteras de desecho que habian servido para embalar café llegado de las Antillas. Por entre el basto tejido del techo pajizo caen rayitos de sol que danzan sobre nuestros blancos delantales y sobre nuestras caras, com pas del follaje que la brisa tibia mueve.
Durante dos veranos por lo menos, fue nuestro juego predilecto construir casas de Robinson en rincones que imaginabamos solitarios y sentarnos dentro bien ocultites conversar. En la historia de la chica pecada por un licho, este pasaje me había su mido de subito en hondas meditaciones, Una fruta de las colonias, grande. creaba mi fantasia árboles enormes, y ex traños frutos selvas habitadas por aves maravillosas Oht can sugestiva y mágica resultó esa simple palabra colonias, con la cual sig.
nificaba yo en aquel tiempo los paises cálidos que poseían elevadas palmeras, flores enormes, muchos negros, fieras y aventuras. De la confusión de todas