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S Páiginas Ilustradas estas cosas surgia un conjunto absoluta mundo por admirar una vez, una sola, si mente justo, la intuición de su espléndido quiera furtivamente, los esplendores de bochorno, de su perezosa melancolia. esas apartadas regiones inaccesibles para Creo que las palmas se me ocurrieron mi. seguro estaba de ello. por primera vez viendo grabados en Los Con pesar, casi con angustia, con la Jovenes Naturalistas de Madame Ulliac Tre. melancolia de un titi enjaulado, estaba madeure, libro de premio en el cual me convencido oh mudanzas del tiempo leian trozos todas las noches. Las palme. de que por más extensa que llegara ser ras de invernadero no se conocían por mi vida de pastor, no las veria nunca, entonces en nuestro lugar. El dibujante jamás. habia representado dos de estas plantas exóticas sobre una plava en que unos ne PIERRE LOTI gros pasaban. Últimanente me dio curio.
sidad de volver ver aquella imagen ini.
ciadora en el pobre libro amarillento picado por la humedad de los inviernos, y en verdad ignoro cómo pudo engendrar la menor fantasia, si no es admitiendo que mi alma de niño estaba amasada de re.
cuerdos. Ohtlas colonias. cómo expresar todo cuanto evocaba en mi cerebro esa sola palabra! Un fruto de las colonias, una ave de allá, eran cosas que se tornaban para mi en objetos encantados.
Había una gran cantidad de ellos en casa de la pequeña Antonieta: un loro, avecillas de todos colores en la pajarera, colecciones de caracoles y de insectos. En las gavetas de su madre vo habia visto extraños collares de semillas que embalsamaban el aire; en los graneros, donde algunas veces ibamos juntos huronear, guardaban cueros de animales, sacos rari.
simos y cajas sobre las cuales aún se leia el nombre de ciudades antillanas: la casa entera tenia un vago olor exótico muy persistente.
El jardin estaba separado del nuestro por tapias bajas tapizadas de rosales y jaz.
mineros. Un enorme granado centenario invadia con sus ramas nuestro patio y lo esmaltaba la sazón con pétalos de coral. menudo conversibamos gritos de una otra casa. Puedo ir a jugar consiente tu mamá No, porque me he portado mal y esSeñora Caridad Meza toy castigada.
de Kohkemper (Esto le ocurria a menudo. Entonces me sentia decepcionado, no tanto por ella preciso es que lo confiese sino por el loro las cosas exóticas.
CENTELLA Antonieta labia nacido en las colonias, y cosa curiosal no parecía comprender el No hables de lo que no sabes, y lo que valor de esta circunstancia, no vivía en supieres no lo digas sino su tiempo y cantadacon eso, y apenas si se acordaba. razón; porque siempre fue el callar más En cambio yo lo hubiera dado todo en el seguro que el hablar.

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