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Páginas Ilustradas LA FELICIDAD ES UN MITO los hagan presa de deseos carnívoros, y expuestos siempre a las intemperancias de los elementos, sin saber apreciar aún los placeres que experimentan los que en mullidos lechos ven correr las horas de felicidad para ellos, y que de tantas angustias y amarguras están llenas para el pobre pastor.
Pues bien; ni el Rey ni el pastor serian felices, cual se forja su imaginación, si posible fuera que se realizaran sus deseos.
De pena, de desesperación moriria el Rey si tuviera que dejar su trono y reemplazar el cetro por el humilde cayado, para marchar noche y dia al cuidado del redil que confiado le fuera. para el pastor, al ser sacado de sus montañas, donde su voluntad es libre, y donde no tiene que luchar con la humanidad voluble ingrata, el mullido lecho sería de espinas punzantes; los espléndidos palacios, cárceles, y los hombres, verdugos, constantemente dispuestos inmolar sus victimas.
Si cada uno en un momento dado le fuera posible realizar sus deseos, la humanidad seria aún más desgraciada de lo que cs. La felicidad en general se cifra en poseer lo que no se tiene; la posesión del objeto deseado, después del primer instan.
te produce hastio, y nuevos deseos nacen en el corazón para que el martirio sea continuo. La dicha, cuando se ha obtenido en excepcionales ocasiones, ni se coniprende ni se conoce hasta que se ba perdido. La felicidad es un mito, no existe; vivimos sólo de recuerdos y de esperanzas, puesto que los momentos en que el alma se recrea y se distrae de la materialidad de la vida, son tan pasajeros, que, al querernos posesionar de ellos, la realidad nos detiene, diciéndonos: espera, no prosigas, todo ha concluido, sólo puedes envolver te en el recuerdo, que es el verdugo del porvenir y el que hace desconfiar de todo. Cuán triste es la vida cuando, muerta la esperanza que ha sostenido nuestra planta insegura, la duda se sobrepone a la creencia y acabamos por desconfiar de todo!
El ayer pasó, el hoy es triste; que no sean ilusiones engañosas ese divino mañana que esperamos con frenesi!
CONDESA DE BLANCA LUNA JUNIORE No existe, nó, ni podrá jamás existir.
Cada uno la comprende a su manera, no pudiendo nadie verla realizada, tocarla cual se la ha imaginado. El Rey desea la libertad del sencillo pastor que pasa desapercibido los ojos de la sociedad. El pastorcillo, cuando ove las trompas de caza y ve pasar ante sus ojos las brillantes cabalgatas de damas y caballeros, dueños y señores de aquellos bosques y llanuras, exclama, lleno de admiración. Qué felices son estos grandes del mundo, que no tienen que pensar más que en pasarlo bien!
Sus noches se deslizan agradables en templadas camas, y bajo los finos coberto res que el hombre teje con lal lanas de nuestras fieles ovejitas y bizarros carneros, que en la primavera de cada año vie.
nen quitarles, para que la Naturaleza y nuestros cuidados vuelvan a hacerla crecer, en beneficio de su comercio; mientras no sotros pasamos esas noche en constante desvelo y al cuidado de estos nuestros queridos animalitos, para que los lobos no

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