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Páginas Ilustradas 2 NUNCA, NUNCA, NUNCA Yo me senté en el camino esperarla, y nunca vino. Por qué seriaNo sé.
Nunca he sabido por qué no vino.
Me acuerdo. La mañanita sopla. Mi cuerpo tirita.
Entre los árboles viejos, la vi venir, a lo lejos. se fue la mañanita, ella perdióse lo lejos, y nunca vino la cita.
Nebulosa estaba y fria la mañana en que la vi. Por qué hasta mi no vedria?
Tal vez el astro del dia se tragó las nieblas, y.
tal se la tragaria. asi siempre. Cuando vaga mi pupila por el monte, y, al verla venir, se embriaga de ilusión, del horizonte surge el sol, y se la traga. me quedo en el camino pensando. por qué no vino?
Ella venía, venia.
Yo no sé por qué seria que no vino.
SANTIAGO ARGÜELLO DEL LIBRO DE LÁZARO La pobre alma dijo al cuerpo: No te abandono; permanezco contigo: contigo quiero abismarme en la noche de la muerte, y contigo beber la nada. Has sido siempre otro yo me has envuelto cariñosamente como en vestido de raso suavemente forrado de armiño: jay! es preciso ahora que completamente desnuda, despojada de mi querido cuerpo, como un sér puramente abstracto, yo me lance vagar, allá arriba, como un hada bienaventurada, en el reino de la luz, en esos frios espacios del cielo donde las eternidades silenciosas me miran bostezando; allá se arrastran llenas de hastio y producen un ruido insipido con sus zapatillas de plomo.
Oht¡Esto es aterrador. Ah! Quédate aquí, conmigo, querido cuerpol El cuerpo dijo a la pobre alma. Ah! Consućlate; no te aflijas de esa manera. Debemos sobrellevar resignados la suerte que nos depara el destino. Era vo la torcida de la lámpara; es menester que me consuma; tú, el espíritu, serás elegido para brillar allà arriba, lindísima estrellita de la claridad más pura. Yo soy solamente un harapo; no soy sino materia, caña hueca, es preciso que me deshaga y vuelva a ser lo que he sido un poco de polvo. Adiós, y consuélate. Por ortra parte, acaso en el cielo se divierta uno más de lo que tú crees. Si encuentras la Osa Mayor en la bóveda celeste, dale muchas expresiones de mi parte.
ENRIQUE HEINE 5.
e e el 7n ca 11re; na ad eOS S, er.
el de AVES BRUMAS Para Francisco de Borja Casal, hermanablemente Abajo, el mar con su blanquizca espuma, y arriba, arriba, en el azul del cielo, se ve de un ave fugitiva el vuelo, ave que viaja entre la densa bruma.
Ave que cruzas la brumosa estancia ¿hacia dónde tus alas encaminas: Esas nubes fugaces, azulinas, qué lentas van salvando la distancial Tu llegarás hasta la cumbre ansiada después de rudo ballar aéreo, y aquella bruma en el azul etéreono llegará talvez su morada.
Yo soy un ave que las brumas paso, yo soy el ave que en la altura anida, y aquellas brumas (de que no hago caso)
son los escollos de la humana vida!
MIGUEL ANGEL CASAL Costa Rica, 1911.
AÑO NUEVO Al literato costarricense don Alejadro Alvarado La aurora anuncia con el dulce trino con que las aves pueblan el ambiente, el celestial saludo del Oriente, que ofrenda un bello rayo matutino.
El caminante busca su destino lleno de dicha, y vida floreciente: abriga la esperanza firmemente, que la fortuna brille en su camino.
Por más que luche con la suerte impia, muy rico fruto de su buen labor el hombre siempre de la vida ansia; y, aunque el fruto sea la noche fria.
para el mortal es signo halagador el contemplar la luz del nuevo día.
OTONIEL FONSECA ra la die 10 12 CA

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