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Pdginas Ilustradas CÓMO NACEN LAS FORTUNAS SI 17 31 c re te TY Cuando uno pasa mirando por los grandes almacenes de Wanamaker de CloAlin o las extensisimas factorías de Mc.
Cormic, su grandeza parece rechazarnos. Qué podemos aprender de allí? Están en un nivel muy diferente del nuestro. Es lo que pensamos.
Pero tanto estas como todas las demás industrias norteamericanas, han tenido un principio: siempre un principio muy pequeño, y por lo general, no más lejano que una sola generación anterior. El modo como han comenzado es lo que nos puede servir de sugestión y ayuda en nuestro trabajo de hoy.
Algunos de aquellos que han edificado grandes negocios en diferentes ramos, nos dicen los incentivos y la oportunidad que los condujo salir de las lilas de los empleados y a entrar por sí mismos en negocios, así como la preparación, la política y los métodos que les allanaron el camino del éxito.
No hemos elegido para estos ejemplos aquellos hombres cuyos negocios suben decenas de millones de dólares, si.
no aquellos cuvos negocios son de proporciones apropiadas para poder servirnos de modelo, de plan y método para nuestros propios negocios.
Estos son hombres que se hallan al presente en primera linea. Lo que han realizado se puede analizar para aplicarlo nuestras necesidades y los problemas que se nos presentan actualmente. No hay rasgos que tanto se asemejen como los de los comienzos de las cosas. Se esparcen en todas direcciones y todos los ángulos, pero todos parten muy próxima mente del mismo punto. Los ejemplos de estos comienzos de negocios, nos de muestran que las condiciones en que nos encontramos son bastante propósito para comenzar un negocio, un nuevo departamento, o ramo diferente de trabajo.
da OC ne cas y en la parte donde los negocios son más activos en Chicago. Él adquirió sus conocimientos en la escuela de la expeperiencia: empezando como empleado de trás de un niostrador. continuó por ser el gerente de un departamento comercial, sueldo, luego gerente con comisión, gerente del almacén, socio y, por últinio, único propietario. En un ramo en que la competencia es aguda y las ganancias pe.
queñas, ha llegado a entablar un gran negocio, empleando en el cincuenta hom bres, y constituyendo una potencia en el tráfico de la ciudad. Albert Hoefeld ha escrito de sí mismo lo que sigue. Hace un cuarto de siglo que vine Chicago desde Alemania, donde naci.
Trabajé por algún tiempo para un manufacturero de ropa; pero eso no me dió la experiencia que deseaba. Mi intención era esta: entrar en negocios por mi nismo; para ello necesitaba aprender vender.
Le di a conocer esta ambición mít mi amigo Mr. Lelewer, el sombrero, y él me ofreció un empleo en su almacén.
Este fué realmente el comienzo de mi carrera de negocios, pues fué hasta entonces cuando comencé adquirir la ex periencia que después me habilitó para manejar los negocios. Había en el alma.
cén un departamento de articulos para caballeros y ese ramo del comercio dedi.
qué mi mayor atención. Al recordar aquel tiempo, echo de ver que fui diferente de la generalidad de los empleados. Estaba ansioso de aprender, porque tenia en ello un interés determinado. Por ejemplo, tomaba empeño en arreglar los escaparates de exhibición, lo que los dependientes procuraban evitar, porque no les sentaba bien quedarse en el almacén hasta las diez once de la no.
che. Decian que no estaban pagados para eso. Para mí, no importaba que no estu.
viera pagado para ello; lo que me importaba era aprender.
Me mantenía también buscando buenas ideas. Recuerdo que concebi el plan de instalar aparatos para aplanchar los sombreros de seda, en vez de dar hacer este trabajo en otra parte. Esta idea nos valis el poder conservar en la gaveta 50 centavos por cada sombrero que aplan.
Hace veinte años que Mr. Hoefeld no era más que un dependiente en una son.
brereria. Hoy posee cuatro grandes almacenes de artículos para caballeros, coloca dos en cuatro de las esquinas más céntri

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