Guardar

Paginas Ilustradas 13 tre ta de 10 LA MÁS NUEVA, y por tanto la que más conviene a las personas de gusto. ya que en ella se complace al más exigente. es la IMPRENTA DEL COMERCIO del se.
ñor Rius y Matas. Especialidad en invi.
taciones para bodas, bailes, entierros, etc.
OTRA BODA. Galantemente fuimos in vitados a la ceremonia nupcial del joven Enrique Rojas con la graciosa y sim.
pática señorita Marcelina Barrantes. Hacemos votos por la dicha de la joven pareja. Carlos GLEN, activo, honrado y laborioso cajero y tenedor de libros de la casa Steinvorth, en Limón, se halla en la capital por unos días. Lo saludamos.
JAR V3 To las los nas en Pa гу de ado 105 sta, acia eta Los pequeños se divirtieron lindamente y pasaron horas muy agradables. Una orquesta amenizó la fiesta.
En la tarde improvisaron un baile los socios del Club y en la noche otro que terminó a las tres de la mañana del lunes.
CHISTOSO DUELO. Dos jovencitos de Tolosa batiéronse pistola. los dispa ros cayeron ambos al suelo; los padrinos creréronlos muertos, pero al levantarlos los encontraron ilesos: cayeron del susto; se abrazaron enseguida.
En Costa Rica veces ocurre algo pa recido, pero no siempre entre jovencitosPARTICIPACIÓN. Salvadora Zúñiga de Sáenz tiene el honor de participar Ud.
el próximo enlace de su hija Blanca Rosa con el señor Licenciado don Pedro Amaya.
Santa Ana, marzo de 1911.
Desde ahora reciban nuestras felicitaciones los contrayentes. la señorita Blanca y el cultisimo cuanto ilustrado señor Amaya LAS MUJERES CON PANTALONES. Como puede verse por el siguiente cable de Cristianía, va no habrá por qué extrañarse si pronto aparecen las mujeres con pantalones: van resultando aptas sus energías y su talento para emplearlos en todas las actividades; sólo que las enaguas como que les estorban. Cristiania, 18. La señorita Rogstad es la primera mujer que ocupa asiento como representante en un congreso. Es ella maestra de escuela fué llamada ocupa: la vacante que dejó la renuncia del General Brattie, quien fué llamado hacer unas reformas en los trabajos de reor.
ganización del ejército. Cuando la señorita Rogstad se puso de pie para pronunciar su discurso, todos los representantes hicieron otro tanto. La señorita Rogstad empezó su discurso diciendo: Por primera vez, señores, se ve una mujer ocupando un puesto en las bancas parlamentarias para tomar parte directa en las discu.
siones de los asuntos públicos. y termino diciendo que con la concurrencia de las mujeres en los asuntos políticos de la nación, se esperan muchas y útiles reformas. Ya lo creo: por lo menos los varones, en vista de los pantalones, tendremos más juicio; porque, en mi concepto, lo que trae revuelta la humanidad son las faldas.
gu Pa can ivelas me LA HISTORIA DEL ALFILER Un repórter de cierto diario americano de gran tiraje. interviewaba» un millonario célebre, y llegó al fin al punto capital de su entrevista. bien, querido señor, querría usted decirme cómo debutó en el mundo de los negocios, cuál fué el principio de su inmensa fortuna. porque bien sabemos que sólo por su tesón y laboriosidad ha llegado usted ser lo que es.
Efectivamente, respondió con orgullo el gran industrial, el selfman, como dicen los yankees; efectivamente, lo debo todo mis esfuerzos. Verá usted. Cierto dia que buscaba trabajo, después de sufrir una rotunda negativa en una salchicheria donde me presente con ese objeto, salia cabizbajo y triste, cuando vi, al borde de la banqueta, un alfiler. No diga usted más, interrumpió el repórter. Conozco perfectamente la historia. Usted levantó el alfiler, el salchichero, que le había seguido de lejos, le vió bajarse para recoger un objeto tan insignifi cante, prueba de espíritu económico: le llamó y le hizo su socio. Poco después, contrajo usted matrimonio con la hija del industrial y con fondos de la casa estableció usted la primera fábrica de cajetillas de cigarros que ha hecho la reputación de usted en ambos continentes. Ya lo creo que conozco la historial. Perdón, caballero, respondió el millo nario. No sabe usted de la misa la media.
Una vez recogido el alfiler, corri más que de prisa venderlo, pues tenía por cabeza un grueso y magnifico diamantel pre1m dar pus 105, sto lu do.
be nos ose re.

    Notas

    Este documento no posee notas.