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6 Páginas Ilustradas МІ en dejt con leja el Repuesta de la violenta sacudida, comenzó Claudia: Soñé que Jesús de Nazaret era el verdadero Mesías prometido para la redención de la humanidad. Lo vi triun.
faute después de sufrir dolores inauditos en el Calvario, lleno de magestad subir en una nube lo alto de los cielos y después uno de sus muchos prosélitos se dirigió a Roma, nuestra querida Roma, y alli plantó en la cúspide del capitolio, la afrentosa cruz. Vencedor, arrastraba en pos de si pueblos enteros y cambiaba por doquiera la faz del mundo.
Mucho daño te ha hecho la vida del Oriente, le dijo Pilato. Oh Claudia, tu fantasía es rica en hermosas alegorias!
Continuó Claudia: Después soñé que tú habías caido en desgracia, que perseguido por el César mismo, de quien eres servidor incondicional, te depuso del mando, y que miserable y pobre pasabas los últimos días de tu infortunada existencia, llevando sobre sí las maldiciones de los hombres y el peso de la justicia del Eterno. Pasaran los siglos, se destruirá Jerusalén, se derrumbará el imperio romano y siempre tu memoria pasará a las generaciones como juez cobarde y venal, y al lado de Jesús Nazareno se verá tu figura execrable señalandole con tu dedo: He aquí al hombre Los sollozos entrecortaban las palabras de la bella Claudia Procla. El Gobernador de Judea estaba pálido y sombrio. El destierro, la desgracia de perder la amistad del César, todo esto era para él un anuncio espantoso, una profesía la cual debia oponer todos los recursos para no ser el actor de tan dolorida tragedia.
IV Habían trascurrido apenas tres años del misterioso sueño de Claudia. Vitelio, Gobernador de Siria en el año 36 de la era cristiana, enviaba lleno de cadenas a Roma Poncio Pilato, y de allí fué al ostracismo las islas Ganles, en donde consumió miserablemente los días de su vida.
Claudia abrazo la doctrina de la nueva secta de los nazarenos y Pablo de Tarso la recomendaba como una buena prosélita su discipulo Timoteo, y el calendario orien.
tal inscribió su nombre en el martirologio: Claudia Procla, mujer de Pilato.
par que que бе que pel cor vor ge tro la MANUEL ZAVALETA, Presbitero. IV 1911.
qu el y de se SC le EL ROSARIO Sobre una vieja cómoda está la Dolorosa, atravesado el pecho por los siete puñales; la talla de la imagen querida y milagrosa se guarda y reverencia bajo limpios cristales.
Ante ella humildemente y contritos, de hinojos el Rosario se reza en monótono son, y las manos cruzadas, hacia el suelo los ojos. veces un suspiro consuela el corazón. La tarde va muriendo. Del rezo la fragancia va subiendo a los cielos por ignotos caminos, mientras que lentamente se salmodia en la estancia para que Dios nos libre siempre de todo mal, y por los navegantes, y por los peregrinos, y por los que se encuentran en pecado mortal.
LUIS BRUN

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