Guardar

Páginas liustradas Tras la casa liay una pequeña huerta y en el fondo una arboleda.
Sofia ha cumplido quince años. Al leranTarse de la mesa la mami le muestra macaja Fruida por el padre desde Paris y que contiene algunos trajes. Son para ti, le dice; maana testirds de largo; tu primo llega y no es conveniente que una niña de tu edad ande tedaria mostrando las pantorrillas.
Ella alue tamaños ojos y pregun e por qui le responden con un porque si y la mandan jugar.
Ejemplo en verso: CUATRO FILAZOS Ambos sont de alma templada, mozos ambos y forridos; no hay diferencia en edades, ni en la guapeza y el brio.
Iguales son en donaire; en coraje son lo mismo, idénticas los realeras cn el tamaño y el fils.
Por la bella Marcelina, la nieta da nor Jacinto, a darse cuatro filazos los dos mozos han salid.
Escogen para el combate La Vega de los Molinos, ya la lura silenciosa fienen sola por testigo; no crazan una palabra durante el largo camino; cada cual piensa en la madre, en el padre, en el amigo.
y los dos en la machacha causadora de aquel cisco.
Tristes son sus pensamientos, pero marchan decididos, porque los hombres valientes to suelen ser reflexiros.
Una vez que al campo llegan y ya puestos en el sitio, tiran chaqueta y sombrero sobre a pedrusco vecino. Me perdonas si te mato. Está claro! y vos. Lo mismo.
Pues si querés empezamos. Empesemes, Sacundino. I un tiempo de la ancha raina sacan ambos los enchillos, que a los rayos de la luna despiden siniestro brillo.
Si uno avanza el otro ceja: ya están distantes, yaanidos; saltan, gritan, vuelven, afan, fieros, resueltos, brarios.
Los aceros al chocar producen extraños raidos, y la claridad incierta pueblan de rayos fatidicos.
Rueda el pobre juan de Dios sin exhalar un gemido.
Piensa un instante en sus padres, en su adorada y en Cristo, y entra al reino de la Muerte fan sereno, fan tranquilo, como en los brazos maternos se duerme el candido niño.
El sol de la mañanita alumbra su cuerpo fris, y bebe la sangre roja que mano airada ha vertido, para colorear sus mantos por el tiempo destenidos.
Por una razón por otra el poeta fue popular y mimado. Ya en sus últimos tiempos, cualquiera de sus composiciones entregada a los diarios, era un dia de fiesta para el coro de sus admiradores. Venta de Heredia varias veces contarnos sus angustias sus proyectos risueños; según el dia, se acercaba alguna oficina de redacción, y requerido para el caso o de oficio, como decimos los abogados. rimaba un epigrama. Aquella ligera estrofa, aguda como una sacta, volaba y volaba, provocando por todas partes risas y comentarios.
Todos recordamos la que escribió contra los diputados a propósito de la decoración y pintura del Palacio Nacional, y aquella salida que no fue del gusto del Presidente: Lo que mi ne ha sucedido natic le sucedio, que en la Junta de Notables me sacharan el relo aquel alfilerazo, con que prendió la Corte de Arbitraje Centro americano como si fuera mariposa clavada en la pared: Se dice que la Corte qite funge en tierra ciutag es como el pez en el agua come, bebe, duerme y. Nida aquella célebre posdata, cuando se dijo que había tenido la fortuna de ganar un premio en la loteria y le reprochaba el sastre que no cancelaba una cuenta: lo que a mí extraña es que a Ud. le extrañe eso.
Al! Sus cuentas no anduvieron muy bien paradas en ninguna de sus peregrina ciones. Recuerdo que una señora dueña de un boarding en Guatemala, después de pres guntarme mucho por Aquileo, decía son: riente: el no me pagaba, pero si vuelve, tendrá aqui hospitalidad de nuevo, porque posee un secreto inimitable para hacerse perdonar sus deudas. En Guatemala también, cuando al salir de las reuniones o del Teatro y para mitigar un poco el frío, al.
guno levanta la solapa, al punto exclaman los de la tierra: clleva Ud, el sobretodo de Aquileo?

    Notas

    Este documento no posee notas.