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Páginas Ilustradas FLOR DE PASCUA Pasaron los dias santos en que se con me he imaginado la trágica tarde en memora la pasión del Cristo Redentor; que se consumaba el drama sangriento de con ellos se deslizaron también, sobre på. Gólgota y he sentido en el alma el peso lidas mejillas, muchas lágrimas brilladoras enorme de la melancolia al pensar que so que brotaron furtivamente en aquellos bre la alta cumbre del Calvario, bajo días de luto y tristeza universales, de los cielo tachonado de negros crespones que ojos luminosos y negros de nuestras be el rayo abrillantaba por instantes, fuée llas mujercitas, que contemplaron la tris. timado en nombre de la sangrienta justo te, la tristísima procesión del manso Jesús cia de los hombres, el blanco cuerpo del con la dura cruz sobre sus maltratados dulce profeta de Israel, llevándose te hombros, que lo vieron caer desfallecien mino el más pavoroso crimen que la te y sudoroso sobre las piedras del cami toria narra para baldón de los siglos no, al divisar en la vaga linea de su lobre las conciencias.
go horizonte, la silueta de su madre dolo. Yo vi bellas penitentes postrarschul rida que, con el apóstol preferido, venia mildes en el oscuro rincón del templo enjugar con la caricia suave y perfunza. que sólo iluminaba la débil lumbre de un da de sus tiernos besos el amargo sudor cirio que parpadeaba, y orar en silencio de angustia y pesar que filtraba sobre la reclinadas las frentes en la perfumada Flor frente resplandeciente y pura del humilde de sus manos, balbuceando el salmo ats Nazareno, que marchaba lentamente, lenta ve y luctuoso de esas ceremonias que de mente, por entre el tumulto que reía con jan en el ambiente un aroma de incienso, estulta carcajada de ignorancia y maldad. y en el corazón un ritmo de tristeza.
Oh! Yo también he sentido la amarga impresión que produce el sufrimiento, mi mente también se ha remontado como Amaneció ya el nuevo día, los Mos ave de anchas alas a las regiones de aquel del sol son dorados y finos como la de 18 gran pasado. Yo también senti que en mi de una alba túnica, en el campanario LAS pecho entró la brisa fresca del arrepenticampanas han roto el silencio de civ miento, yo también tuve lástima cuando dad que había callado el estrépito desy vi pasar el sacro féretro circundado de marcha para escuchar sobrecogida el ciel blanquísimos angelitos que lo tiraban martillazo sobre el cuerpo augusto. Se con tiernas miradas de compasión, de cu.
oye lo lejos el pitazo agudo y prolons yos ojos parecia que ya iba brotar el do de una locon otora que parte, un atto llanto suave, silencioso y cristalino de los móvil con su serena voz hace tap arhol niños.
los oídos y detener nuestro camino.
Si; yo vi desde mi retiro a más de una Las rosas han brotado hoy más encen.
mujer enjugarse las lágrimas que brota didas y vivas y en los pálidos y coinmu ban de sus ojos, y ahogar un suspiro que gidos rostros de ayer, encontramos hoy estallaba en su pecho al contemplar al pá.
caricia rosada del sol y la sonrisa ju ve lido y yerto Jesús, triste y escarnecido, entona de la alegria. Es día de gloria. CMS clavado en la cruz, con los brazos abierto resucito de entre los muertos.
tos, como si quisiera abrazar en su esterHossanna!
tor de muerte la humanidad perversa por la que murió.
OCT. CASTRO SA de to ui la CO E SU ta e

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