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Páginas Ilustradas 11 ti.
la adora; será mi destino. y baja los ojos confundida en delicada vergüenza.
El destino está aquí supliendo al puro, dul.
ce si: el si, encarnación del amor, en cu.
yas entrañas circunscritas viene apiñada una vida entera, esto es, felicidad desgracia de muchos años. El si es un resumen temible. Hágase el mundo. dijo el Creador, y el mundo fue hecho: Si, responde una mujer, y su mundo está hecho: si bueno malo, si bañado en luz o revuelto en tinieblas, no lo sabe todavia. El si es el destino y, cosa rara, es destino, que es ley ciega, inexorable, brota de la punta de la lengua mediante la voluntad bien consultada. Será mi destino. dice la novia para dar a entender que se some.
te una orden de la providencia; y ella misma, en plena posesión de su juicio y su albeldrio, ha formado su destino con una palabra de dos letras. Fué mi destino. exclama entre sollozos la esposa desgraciada; esto es, dije si, y me condené las lágrimas; dije si, y acepté maltratos, desprecios, insultos de parte de un hombre necio y grosero; dije si, y no me aterraron engaños, deslealtades, ausencias inicuas de un libertino; dije si, y no eché de ver el rostro sangriento de los celos, que con mirada agresiva me estaba amenazando; dije si, y no me retrajo el hombre con su semblante descarnado; dije si, y me veo sin fuerza debajo de este adorado peso de hijos perdidos, de hijas sin esperanza. El si le trajo en su seno di.
minuto esa pobre mujer el mundo de padecimientos y dolores que no podrá echar a un lado, por más que se enderece y arroje gritos lastimeros. Fué su destino; la esencia del destino es matar, siendo contrario: dar vida y alegria, siendo propicio.
Esa muchachita cuyas mejillas están ardiendo en malicia de serafines, malicia que no es sino la inocencia apasionada; cuyos ojos son el prisma donde se están reflejando los triunfos y las felicidades del tiempo venidero; cuvos labios sirven de instrumento a la música del cielo, pues no es otra cosa que música del cielo el armo.
nioso guirigay de una niña pura y tierna, música sin mesura. pero grata al oído: esos brazos descubiertos, cilindricos, blan cos, donde la gordura reposa sin pecado esa manecita que parece pinza viva de to mar flores del Paraíso; esa cabellera de rramada por sobre los hombros en tirabu.
zones de oro; esos anillos de su propio pelo que le adornan la frente como ru.
bias estrellas; esa garganta que semeja el torno encantado en el cual se han de la brar en otro tiempo los más expresivos y deliciosos suspiros; ese pecho donde la carne humana se está desarrollando al in.
flujo de la voluptuosidad furura; esa pierna, gorda sin peligro, desnuda sin impudicia, cuyo extremo el piececito, bien calzado, huella en gracioso menudeo los picaruelos genios del amor, que van sal.
tando alegres y siguiéndole; ese como en te divino, paloma en configuración humaoa, espíritu de Dios puesto a la vista en pura carne; ese extracto delicado de inteligencia y de amor, fruto ha sido del fecundo si El sabio, el poeta, el héroe, todos le deben la vida al si; al si le debe el mundo sus héroes, sus poetas y sus sabios. El 10 es el reino de la nada, abismo que se está tragando esa gran parte del género huma.
no que deja de nacer por falta de voluntad. El no es la muerte, vacío mezquino; la luz no halla elemento en sus espacios; ausencia egoísta, no contiene simiente de ningún linaje. El si es vida, fuerza, poder; es el universo iluminado por la misericordia del Todopoderoso, que gira eternamen.
te en la órbita del infinito, obedeciendo la voluntad soberana, que es el inmenso sí, figura del Creador. El sol es un si res.
plandeciente; esa estrellita que está pestaneando en un descampado de la bóveda

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