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Priginas listradas 11 cuerpo y da nueva vida y vigor a cada uno de sus órganos. También tiene un efecto directo bienhechor sobre la digestión, la cual depende, hasta cierto punto, de la acción muscular.
LOS DOS TRENES Carlos Vitafanc Avanza en la tortuosa carrilera el tren, señor de llano y de montaña, tiende en el vendor de la mania el humo de su fértil cabellera.
Deja atrais, en la cima y la vera del camino, la pau de la cabaña.
la sementera próvida que bani con su linta fugaz la torrentera.
EL VALOR CURATIVO DEL EJERCICIO El ejercicio sistemático posee un valor curativo mucho mayor que el que la gen.
te cree generalniente. Combinado con al.
go de atención cuidadosa en cuanto la alimentación, ha sanado muchos dispep ticos crónicos. Se dice que cuando Cice.
rón vió que sus órganos digestivos estaban debilitandose y su salud general resintiéndose, hizo un lado sus compro.
misos profesionales, y fué Grecia en donde pasó tres años en un gimnasio. Al fin de este tiempo su digestion era perfecsus músculos flexibles y activos, y todo su cuerpo rehosaba energia. En seguida volvió a Roma preparado, tanto fisica co 19o moralmente, para dar principio la brillante carrera, que la trasmitido su nombre la posteridad.
Es mala economia descuidar el cuerpo, cuando necesita cuidado, fin de conti nuar en los negocios en la vida proiusional. Más bien atendedlo a la mayor brevedad posible. Adoptad hábitos regu.
lares de ejercicio, en el comer y en el dormir; sed sencillo y sobrio en cuanto la alimentación; restringid las malas pa siones. Sobre todo desechad todo senti miento pesimista, y ved las cosas por el lado mejor, sabiendo que Dios está al lado de los que procuran alcanzar mayor perfección en su manera de vivir, y que su poder curativo es continuamente ejercitado en nuestro favor.
Recomendamos mucho los dispepti cos y los semi enfermos que hagan diariamente un ejercicio sistemático. buena digestión depende del apetito; y el apetito del trabajo. El mandamiento con el sudor de tu rostro comerás el pain. es tan obligatorio en nosotros como lo fue en un principio. El ejercicio al aire libre acelera la circulación, hace correr la san.
gre si través de las venas y arterias del Se amolda con arqueos de culebra los disperos flancos de la quiebra después de una vega o de un plantio, cruza el puente de recia contextura cuyos pies redoblan su locura los atambores trigicos del río.
II Esta vida es un tren: corre perdido en busca de una equívoca fortuna, arranca en los vaivenes de la cuna pera en las llanuras del olvida.
Viajero el hombre pájaro sin nido quiere encontrar sobre la tierra una estación de reposo y no luay ninguna para sus pobres pies: está vencido.
Dilarida en innúmeros trajines su ilusión; interroga los confines inciertos de su horóscopo sombrio, y halla tiempo después, la única suerte cuando la orilla del eterno río llega el último tren: el de la muerte.

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