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Paginas Ilustradas CUADROS TICOS LAS LAVANDERAS Para Guillermo Vargas Frescas como las rosas purpurinas, sanas como los aires de la altura, en el arroyo están las campesinas luciendo sin recato su hermosura. veces se despierta y una risa se asoma estre sus labios celestiales, y si llega a llorar, dándose prisa lo acarician los cantos maternales.
Las enaguas que arrolla a la rodilla una mano ni torpe ni traviesa, dejan ver la robusta pantorrilla quien la espuma tembladora besa.
Sobre las ropas el jabón se esfuma y al sacudir los trapos enjuagados entre encajes blanquisimos de espuma tiemblan tibios los selos sonrosados.
Sobre lajas que forman lavadero están las lavanderas inclinadas, devora sus encantos un jilguero con la chispa fugaz de sus miradas.
Una moza alza un trapo por el aire y en las piedras le da con ligereza, hay en ella un rubor, hay un donaire que es un canto de amor y de belleza.
El sol que es un anciano cariñoso asoma entre el ramaje sus tesoros, y para ver mejor, el voluptuoso, baja besar espaldas con sus oros.
Haciendo gorgoritos canta el rio, que no tiene ni penas ni congojas, y en bostezos larguísimos de hastio como un llanto despréndense las hojas.
De un lío que la orilla se reposa van sacando poquitos mucha ropa mientras un niño se divierte y goza mirando a las hormigas que hacen tropa.
Después cuando han concluido la tarea van cargando la ropa en la cabeza subiendo por la cuesta de la aldea donde aguarda el hogar hecho terneza.
Un chiquillo dejado entre las flores, que aroman sin pensarlo la ribera, aduérmese escuchando mil rumores mientras brega por él la lavandera.
Algún nene en el brazo va dormido á su madre se agarra de la enagua en tanto que a lo lejos un gemido exhala abandonada y triste el agua.
GILBERTO GIL La Costarricense. Fábrica de Sellos de Caucho Dirigir las órdenes su propietario y fundador TEÓFILO SIBAJA Alajuela, Costa Rica La única premiada. en este pais.

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