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Páginas Ilustradas IS e 1.
mercado de cacharros, y no sólo se había linda primavera de la humanidad. Por eso provisto para algún tiempo la cocina de los juegos rudos en la educación infantil, estas mercancías, sino que nos habian com endurecen, manchan y esterilizan el alma.
prado como juguetes utensilios semejan Los que no juegan son tardos para el tra tes en miniatura. Una hermosa tarde, cuan bajo: parecen máquinas silenciosas que no do todo estaba tranquilo en la casa, yo me se mueven ni presentan acción alguna de divertia en la galería con mis platos y mis vida. Cuando el niño ve un objeto y no pucheros, y como no sabia ya que diver puede tocarlo ni despedazarlo su gusto, sión sacarles, arrojé uno de aquellos ju su primera impresión es de enojo y des.
guetes la calle, y encontré divertido ver pués no hay medio de restablecer el or lo roto tan graciosamente. Los Ochsens. den moral perturbado; es una vibración tein, que vieron cómo aquello me diver que le hace daño. En estos casos es prefetia, hasta el punto de que, en el trasporte rible prevenir que remediar. Los accesos de mi alegria, aplaudia con mis manitas, de llanto significan inconformidad, disgusme gritaron: Otra vezl yo no dudé y to; antes de emplear el rigor que rompe alla fué un puchero; y como no dej la dulzura del alma, hay que procurar la de gritar jotra vez. todos los platitos, los serenidad del espíritu.
hornillitos, los pucheritos, fueron echados Nada habia tan exquisito para Froebel uno tras otro la calle. Mis vecinos con como el juego de los niños. Parecía que tinuaban atestiguándome su aprobación, y su alma se deleitaba en aquellas distrac yo estaba sumamente alegre proporcio ciones y que descendía los dichosos nándoles aquel placer. Pero mi provisión tiempos de su niñez. Tomaba parte en estaba agotada y ellos seguían gritando, ellas para establecer una corriente afectuoOtra vezl Corri, pues, derecho a la co sa entre él y sus discípulos. He aquí como cina y cogi las fuentes de barro que, na. un entusiasta discipulo, Rudulf Beufey.
turalmente, ofrecieron al romperse un es lo representa en acción. Mientras charla pectáculo mucho más gracioso; iba y ve bamos, dice, llegó un alegre tropel de ninía de este modo, trala las fuentes una ños y Froebel se preparo a reunirlos; yo tras otra, según podia alcanzarlas sucesiva iba por primera vez asistir juegos de mente del vasar, y, como aquellos seño. los cuales habia oido tantas descripciones.
res no se daban por satisfechos, precipité El viejo maestro se colocó en el circulo en la misma ruina toda la vajilla que pu que acababa de formar y seis o siete jardide arrastrar hasta allí. Alguien vino, aun neras lo ayudaron conducir la banda inque demasiado tarde, para detenerme y fantil. El juego que más rtrajo mi atención prohibirme que continuara el juego. fué el de El Conejilo. El coro cantó esta En esta distracción encontró el niño la pregunta: Mi Conejito. tienes pan? y tres o misma satisfacción que sentiria más tar. cuatro niños fueron acariciar al pobre de el gran poeta al ver surguir su Fausto conejito que tristemente se dejaba tomar en una onda de inmortalidad.
las orejas: pero de pronto las levanta, es Los niños son hombrecitos que saben decir, que sus pequeñas manos se abren querer y sentir su manera, sin las preo: vigorosas y se sacuden de derecha izcupaciones de las personas mayores; sa. quierda; la cabeza del niño se levanta, y ben juzgar y, por instinto quizá, conocen todo él se pone. saltar mientras que los a las personas que los quieren. Ese baru otros parecen encantados, como si sus ca llo que forman ejerce una poderosa se. ricias hubieran curado verdaderamente el ducción salubre: todo se expresa en esa pobre conejito enfermo. Por lo demás, 1

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