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Páginas Ilustradas Ag en est el cor Pasaron los años y la inocente mariposa quemó sus alas prolicromas ante el altar donde ardia la lámpara sagrada del amor Después cantó el poema de la Vida: fue feliz.
Pero hal la felicidad. esa maga en.
gañadora dura bien poco y cuando viajaba en la góndola azul de sus sueños reali zados, por el proceloso mar de la existencia, vientos huracanados hicieron zozobrar la nave de su amor santificado por la virtud, y desde entonces va su vida, llena el alma de amargura y de dolor.
Yasi va doña Zoraida, asi va la insdi.
rada soñadora, llena el alma de pasión, de tristeza y de congoja!
y soll TACK ΕΙ, conte уо со que o Es de un traes el en YI esa DOÑA ZORAIDA VDA. DE ESCOBAR un in al vel Lleva en una mano el broquel de la virtud y en la otra la zampoña del con suelo.
de Vang mic Eu bajo pens Todavía en la florescencia, goza aún de la primavera de la vida; sus ojos grandes de limpida mirada, dejan entrever en me.
dio del zig zag de su incesante parpadeo, que ella lleva un corazón de esos que se beben sus propias lágrimas, aunque su semblante no es revelador de sus grandes pesares, ni tiene el gesto de los profun dos dolores; pero, como las almas que sufren son las más veces dotadas de ins piración, ella, que ha bebido en la fuent de Hipocrene, deja en las cuartillas las rimas de sus más hondos sentimientos.
Yo, que he leido sus manuscritos, inte rrumpi ni incesante peregrinación para decirle: Poetisa: no llores más que tu vida no sea, en edad temprana una eterna flor de sepultura; deja arder de nuevo la antorcha de Himeneo. Y, pesaroso, he seguido mi marcha, recordando a la poetisa istmena, curo lado, en amena charla, las horas de dolor huyen veloces.
Su vida primaveral fué feliz: se deslizó entre el perfume de los claveles y la sombra de las selvas virgenes; se extasio oyendo «el dulce cantar de las aves, no aprendido. Nacis la señora dona Zoraida Díaz vda. de Es.
cobar, en el pintoresco Distrito de Las Tablas, Provin cia de los Santos; hizo con provecho estudios en la Escuela Normal de Institutoras en esta ciudad (Panama. Contrajo matrimonio con el señor Eleazar Escobar, quien murió poco tiempo después, y quedo dona Zoraida en estado de viode, estado que ella ha sabido mantener decorosamente.
Ha ejercido, y aún cjerce con éxito, la carrera del Magisterio Por sus maneras y exquisito trato social, que hacen de ella una verdadera dama, goza de general aprecio y simpatias, como que sabe que no bastan por si solos los atractivos fisicos en la mujer, si no van midos la molestia, que, según don Severo Catalina, es el primero y más sazonado fruto de cuantos puede producir la buena educación.
sin 111 obs Me abri S: 110 ino Pa Panamá. 1910.

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