Guardar

Páginas Ilustradas SALUTACIÓN LA AMADA Las puras melodías con que los ruiseñores saludan en tu huerto dei alba los fulgores, mi espíritu quisiera tener, para cantar el himno que haga elogios de ti, noble doncella, el bimno que te diga que en tu mirar destella la luz que hay de la Madre de Cristo en el mirar.
Al pie de la ventana donde tranquila sueles ver cómo se abrillantan las rosas y claveles con que la Tarde cubre de Ocaso la región, haré venir artistas que, al ritmo de laúdes, entonen las romanzas que ensalcen tus virtudes, mientras las notas vibren de mi salutación.
Jamis el Mundo intente manchar tu vestidura!
Jamás la Tisis quiera poner en tu hermosura la palidez que es nuncio del postrimer dolor!
Que siempre, emocionada por la Ventura, rias!
Que siempre des al viento canciones de alegrías que del Divino Acento parezcan el rumor, Vavan ti los céfiros perfumar tu frente cuando la Aurora vierta su lumbre transparente y rósca, de tus amplias ventanas al través; vayan ti las músicas de tierna serenata mientras la Luna finge mujer de viva plata, de iluminados rizos y de brillantes pics.
Yo soy el dolorido que presentiste un dia en que te acariciaba la luz de la Alegría y en que te acariciaba la luz de la Pasión; y hoy llego basta el palacio que habitas, noble hermosa, para ofrendarte perlas del Istmo y una rosa que albergue da venenos: ella es mi corazón. te dirán las perlas con su lenguaje mudo que aceptes mis palabras, que aceptes mi saludo, y ellas después corona de luz te formarán. te dirán las perlas con pálidos fulgeres que aceptes mis amores, mis cálidos amores, y, ellas después, sus brillos en premio te darán.
GASPAR OCTAVIO HERNÁNDEZ 1911.

    Notas

    Este documento no posee notas.