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8 PÁGINAS ILUSTRADAS La Vida en París En la Academia Francesa Nunca había tenido oportunidad de visitar la gris y triste. No inspiraba melancolia, sino fasAcademia Francesa, y, si vale decir verdades, tidio.
tampoco tuve nunca mucha curiosidad por ver lo Me pareció que estaba en un teatro de provin.
que en ella pasa, que mi cuanto navega con cia, presenciando una representación popular bandera de Academia me inspira cierto santo precios reducidos.
horror, como todo lo que es fosil. Comprendo Sono la campanilla, digo, se ovo un redoble de que este sentimiento es ridiculo, que no pasa de tambor, que los Inmortales parece que son afecuna preocupación; pero cada cual tiene sus de tos los ruidos militares, y comenzó el desfile de bilidades, y esta es una de las mias.
la cuadrilla o de la compañíı, del sabio coleEn fin, que fui a la Acadenia, ese augusto gio. No llevaban clámide ni traje talar, ni todos templo de los usos, costumbres y tradiciones, en iban de uniforme académico. Para curio el que se rinde ciego culto al dios Hábito, oficia guardan la indumentaria de los días de trueno de pontifical el Gran Sacerdote Statu Quo, y gordo? Otra decepción!
la cabeza del gran Silabo est:i escrito, con carac La mayor parte de aquellos Inmortales tenian teres negros: MI NADIE ME CONVENCE: el aspecto de buenos burgueses algo endominNO DISCUTAMOS. gados. Algunos llevaban gorro de terciopelo La rotonda estaba repleta de gente, basta re negro, poco ornamental, pero muy apropiado ventar. No tuve la buena suerte de encontrar para aquel recinto frio, en un dia desapacible.
asiento y me vi condenado estar de pie durante Nunca están de más las precauciones, y la salud toda la solemne sesión, lo que me contrario tan debe ser atendida de preferencia al buen parecer, to más cuanto que me dificultaba la tarea de ha aún entre los Inmortales.
cer mis apuntes para la ilustración del presente Hizo su entrada el candidato, Monseñor Du.
articulo. Pero una vez en el potro los doscien chesne, con su capa violeta, levantada una punta tos son pocos, y no tuve más remedio que poner sobre el hombro izquierdo. Un ancho cinturón, buena cara al mal tiempo.
violeta también, le ajustaba la sotana, y llevaba Otra de mis ilusiones se desmoronó cuando al cuello la corbata de la Legión de Honor.
examiné la concurrencia. Había leído en todas Al verlo comprendí el retraimiento del Faulas crónicas de las recepciones académicas, que bourg Saint Germain. Monseñor tiene una micon ese pretexto acudían a las tribunas las damas rada en la que se esboza la ironia, y una sonrisa más principales y elegantes del fastuoso París, y francamente volteriana. Todo su caracter, toda que alli mejor que en ninguna parte, se vela la su alma se encuentran en esa mirada y en esa crema de la crema. Algo de eso habrá habido en sonrisa.
la sesión que me refiero, pero yo no lo ví, por. Monseñor Duchesne es un historiador erudito, que, me supongo, se hallaba oculto, o, a lo me con paciencia de benedictino, y un critico saga.
nos, disimulado entre aquel maremágnum de Facilmente se comprende lo último al ver su fi.
hombres y mujeres que nada tenían de jóvenes, sonomía, y me sospecho que si ha sido elevado ni de elegantes, ni de lo demás que se dice por. las excelsitudes académicas, ha sido más bien tradicción. Un vecino, que también estaba de título de crítico que de historiador. Si mi sospie, como yo, y que entró conmigo en trueque pecha resulta exacta, no era de esperarse que libre de la mentaciones, me informó que cra exac aquel hombre abdicase por completo de sus ta mi observación en cuanto se relacionaba con principios fundamentales, de su modo de ser y el momento actual, pero que eso constituin una de pensar, por el mero hecho de haber sido llaexcepción, debida que Monseñor Duchesne, el mado a sentarse en la no muy mullida banqueta recipiendario, no goza de simpatías en el Fau: de la inmortalidad transitoria.
bourg Saint Germain, centro de la alta nobleza, Alli iba a pasar algo nuevo.
causa de ser sospechado de liberalismo y de La llegada del candidato fue acogida con un heterodogia.
halagador murmullo de satisfacción, tal vez le Fuera el dia era gris y húmedo. Dentro, era admiración, tal vez de devoción. nurmullo que Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica

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