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PÁGINAS ILUSTRADAS SAS Cuentos grises Espiritismo Para nas Ilustradas ES ción tera Que por que estoy siempre triste? Me dijo fijos obstinadamente en mi. Jamas be contado Raul, reclinando linguidamente la cabeza en la entre mis defectos el de la fatuidad, pero en aquepoltrona y dejando la pipa sobre la mesa. no lla ocasión era imposible no rendirse a la eviden ser porque eres mi amigo de veras y sabes tengo cia. No sé cuanto duró el exámen: sólo puedo un cerebro sólido y no mal amueblndo, me abs. asegurarte que ni un segundo, ni un instante de tendria de referirte mi novela. Quien sabel Aca jamos de mirarnos. De dónde nnció aquella muso el temor de que por primera vez dudases de tua fascinación. Qué misterioso encanto tenían mis palabras me creyeses sugestionado por lec aquellos ojos para enloquecerme ast?
turas fantásticas, me habia impedido revelarte an Lo ignoro, pero su última mirada al abandotes de ahora este secreto que pesa sobre mi co nar el salón dejó en mi alma una estela luminosa.
razón como una lápida de plomo. Quién es pregunté al maestro, que sonreía Cerro los ojos por un instante y guardo silen maliciosamente cio, mientras yo contemplaba con admiración su No lo sé: unos dicen que es italiana, otros rostro franco y her. oso y su espaciosa frente que es griega o árabe. Se llama Ielia y vive aqui guarnecida de cabellos blanqueados más por las en compañía de su padre que parece muy rico y penas que por el tiempo, bien educado. lo mis raro. continuó el maes. Recuerdas. continuo. cuando fui Inspec. tro es que esa joven nunca vuelve mirari na tor de escuelas en Cartago, hace veinticinco años die, ni asiste reuniones, ni visita: no me espli: Tenia vo entonces veintidos. Era la época de co por qué vino hoy al examen, los extimenes y después de visitar no sé cuámas En la tarde la volvi a ver en la calle, escoltada escuelas, harto de oir vaciedades y despropósitos, por un anciano pulcramente vestido. La segui llegué un domingo Juan Viñas. El salón de como un colegial y jamais dejó de mirarme in la escuela estaba repleto de gente. Comenzó el tensamente al doblar cada esquina. En la plazo: acto, y en el momento que me disponia a inte leta de la iglesia me encontré tan cerca de ellos rrogar las alumnas, un rumor me hizo volver que pude oir la conversación de la niña, su voz la cabeza hacia la puerta, y la pregunta se helo en argentina y de una dulzura infinita, mas penetran mis labios. No ignoras que desde muchacho te aún que su mimda.
fut ferviente adorador de las mujeres y que en lat En qué idioma hablaba Jamás pude saberlo: época il que me refiero había tenido media cra más suave que el italiano, tenia inflexiones docena de novias: sabes también que siempre he mis armoniosas que el francés y mas sonora get sido descontentadizo y que hasta entonces no vedad que el castellano. Pero lo mis raro es habla encontrado ninguna beldad capaz de to que yo entendia aquella habla divina. Resona: tornarme el seso. Pues bien, la joven que acaba ban realmente en mis oidos aquellas palabras o bit de entrar, saladada por un murmullo de ad las estaba leyendo en aquellos ojos? Te amaba anmiración, era algo sobrenatural, algo que hace les de conocerte, te amo ahora y serds mi tinica pensar aún los más escépticos en la existencia amor, como yo el tuyor.
de un mundo habitado por criaturas superiores. Cuando ya su traje blanco iba trasponer el Su porte majestuoso, su rostro perfecte, lige. umbral de la casa, sombreado por el crepúsculo, ramente moreno, sus cabellos negrísimos, reco oli me miró por última vez y dejó caer disimula gidos como los de las estatuas griegas, la sereni dumente una rosa que llevaba al pecho, La ro.
dad olimpica de su frente sin un pliegue y de su sa está aqui todavia. prosiguió Raúl señalando boc sin una sonrisa. todo, todo hacia pensar en el bolsillo interior de su levita la mirada esti esos prodigiosos ensueños que el artista deses grabada mais adentro, donde nada ni nadie podrá pera de poder fijar con el pincel.
borrarla Sus ojos pardos y grandes parecian iluminar Fue realmente la última mirada?
con sus destellos la sala; y cosa extrañal estaban Tú me lo dirás cuando concluya.
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