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PÁGINAS ILUSTRADAS 17 Escultura helena illas, y para Fabio FIALLO su forma, os ejemplaatómico de La juventud eterna de las diosas brilla en su rostro juvenil de Hebe, y maliza su carne como niezve la sangre de las venas de las rosas.
10, como tienen gran rueba y.
Iperme las Mármol Griego Brilla en su rostro de Hebe la juventud eterna de las diosas, y matiza su carne como nieve la sangre de las venas de las rosas.
Ajenos a la queja en sus labios de adellas en capullo la voz mundana solamente deja ternuras semejantes al arrullo.
Su imagen, que fulgura, no inspira al alma tentador empeño, pues recorre su candida hermosura la placidez radiosa del ensueño.
En sus dulces pupilas, asilo de las sombras encantadas, inocentes y tranquilas, como negras palomas, las miradas.
Es negra su corona, y en relucientes ondas, el cabello con obscuros anillos aprisiona, como serpientes de ébano, su cuello.
Su aliento adormecido hinche su seno en curvaturas suaves como esponjan, ocultas en el nido, el dorso blando voluptuosas aves.
El beso que convida con ardiente placer al alma loca, en ignorada languidez anida, como inerte crisálida, en su boca.
Bajo puro destello, su noble encanto de mujer encierra la fria pesadumbre de lo bello que no fecunda el soplo de la tierra.
Mas tiene, delicada, el impetu de fuerza contenida que al conjuro tenaz de la mirada hace en el mármol palpitar la vida.
Es para el alma ansiosa, al amor avezada y al desvelo, hermosura que sueña y que reposa con los sagrados éxtasis del cielo.
Así, por modos raros, llevar parece entre sencillas galas, sobre su torso helénico de Paros el estímulo incierto de las alas.
Pero aun así, perdida deja en las almas que sujeta el suelo, como una vaga sensación de vida con ternuras y ráfagas de anhelo.
JUSTO FACIO En sus labios de adelfas en capullo jeros al enojo y la queja, Su voz mundana levemente deja ternuras semejantes al arrullo.
Se esboza como una pincelada el suave alero de su ceja arqueada, en sus grandes túrbidas pupilas. asilo de las sombras encantadas, como negras palomas las miradas reposan inocentes tranquilas.
No inspira al alma tentador empeño su imagen delicada que fulgura, pues recorre su candida hermosura la placidez radiosa del ensueño.
El beso delicioso que convida con ardiente placer al alma loca, cemo inerte crisdlida, en su boca con ignorada languidez anida.
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Bajo el claro vislumbre de un destello, su noble encanto de mujer encierrt la fria pesadumbre de lo bello que no fecunda el soplo de la tierra, es puedan ntinuación Toeta Facio Conto suva El ritmo de su aliento adormecido hinche su seno en curvaturas suaves como esponjan, ocultas en el nido, el dorso blando voluptuosas aves.
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las pernas libras es mos en le Telona que LAMARCHE (De Mis versos. Edición de 1894, San José, Costa Rica. Abril de :911.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica

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