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PAGINAS ILUSTRADAS 17 p3 tase.
despedirse de mi: pretexto que no podría Paf! El caballo cayó: le habían herido hacerlo mortalmente El abanderado miró al grupo con proSaltó tierra el jinete.
fundo interés; el Capitán continuó: Pobre Sultán! Adentro valientes! Viva No está bien que os hable ahora de la República!
mi rovia, pero mujer de tanto corazón y Capitin, se ha hecho Ud. daño? Pretan alto pensamiento, vale un mundo. Su guntó el abanderado.
recuerdo me acompaña siempre, porque El Capitán no lo oyo.
ella vive aqui dentro, dijo señalando el Un soldado cayó herido manchando corazón, y nadie la arrancará de aqui. con su sangre las botas del Capitin. Por tu Amalia! Dijo uno levantando Que Dios te ayudel, dijo el Jefe.
la gorra en alto Dame tu cartuchera, y le arrancó la faja Por tu Amalia! Dijeron los demis y de tiros.
todos se descubrieron.
El herido se retorció desangrandose. Gracias! Murmuró el Capitán y se puso Los clarines ensordecían, el humo era rojo como la grana.
asfixiante. Gracias! Dijo muy quedo cl abanderado y se puso pálido como el mármol. Luego se alejó; nadie había notado su presencia.
Sereno, con espantable majestad, el abanderado se distinguia en medio de aquella confusión, como si nada le imporIV Hacia fuego y sostenia la bandera va Pocas horas después se trabó el comba casi en jirones, mordida por esos dientecitos de plomo que tantas vidas muerden.
Fue una carniceria. El cielo frunció el El estruendo crecia y el muchacho paentrecejo: esas matanzas de hombres ho recia no darse cuenta de nada. El espanto rrorizan hasta el azul impasible.
petrifica; aquel hombre era una estatua, Un cuadro salvaje: el trueno de los ca Demonio. gritó el Capitán y rodó ñones, el fogonazo de los fusiles, el grito tierra ensangrentado.
de los soldados, toda aquella música es El abanderado brinco sobre el.
pantosa coreaba con el gemido de los quc. Alfredol Alfredo! Muere en mis brarodaban heridos, pensando en su novia ZOS.
en su madre, mientras recogia la tierra el. Gracias! No ha sido nada, y pálido.
liquido rubi de sus arterias.
tembloroso se puso en pie de nuevo.
Una bala pasó silbando al oido de Ca El muchacho lo arropó con la bandera.
pitán.
El Capitán lo miró con asombro. Fué Que te vaya bien, querida, gritó el una decoración épica. Duró segundos, muchacho y amartillo el revólver con Los dos se miraban como abobados, risa satinica Dios mío! El abanderado cayó Corria de un lado a otro como si estu tierra viese loco. Nada le detenia; su caballo ne. Te han herido gro era un relámpago de sombra. El Ca. Si mortalmente. adiós Alpitán voceaba y hacía fuego como poseido fredo! adiós. abrazame, quiero de diabólica rabia.
morir en tus. brazos.
te. 2 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica

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