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10 PAGINAS ILUSTRADAS Bailarina Para Paginas llastradas tro resonaban los acordes de la música, el rumor de las carcajadas y chocar de los vasos la misma hora, por la callejuela del rio avanzaba penosamente una sombra, se detenia de cuando en cuando para apoyarse en las paredes sentarse en una piedra y continuaba luego su camino, cay si arrastrando, murmurando entre accesos de tos. Dios mío, dume fuerzas para llegar. Más de media hora tardó en recorrer los trescientos metros que la separaban de aquellos balcones. Al llegar frente ellos se dejó caer extenuada sobre la Gracil y móvil y enarcado el brazo, o descansa la mano en la cintura, 6, levantando su divina hechura, deja en el aire de una flor el trazo; blando el cuello, si bien al santo lazo no parece inclinarse su blandura, y animada la mimica escultura de un risueño y gentil desembarazo; punta y tacón de la botina toca el suelo apenas, y al compis repica de la guitarra, que a bailar provoca; y porque venga ser miel sobre hojuelas, estalla por los ámbitos la rica salva de besos de sus castañuelas!
FÉLIX MATA VALLE hierba.
Fuera, en la callada noche. MOORE)
Para Páginas Plastradas Era sueño realidad: Al través de las vidrieras vió una lujosa mesa guarnecida de señoras y caballeros: en el sitio de honor una bellisima joven vestida de blanco y coronada de azahares bajaba los ojos ruborizada y sonriente, mientras su lado un apuesto mancebo murmuraba su oído palabras de amor la moribunda pensó enajenada que toda aquella felicidad era obra suya, que su misión estaba cumplida, que el cielo la habia otorgado la recompensa debida su heroica abnegación. mientras en la sala continuaba el alegre bullicio de la música y las risas, fuera la llovizna seguía cayendo, cayendo, fría como el olvido y despiadada como el egoismo.
Fuera, en la noche callada, antes que el sueño me rinda, tristes recuerdos me brinda mi memoria impresionada por época ya pasada.
Las dichas, los desengaños de los idos, viejos años; las palabras de cariño de un amor como el armiño, que estuvo exento de daños.
El brillo de negros ojos que ha oscurecido la muerte.
hoy ante mi negra suerte que sólo es duelo y abrojos, recuerdo, no con enojos, mas con nostálgica pena.
Mi corazón envenenat la visión de los caidos, que duermen nobles, rendidos, bajo la losa serena.
Como quien salc. me siento. de unas fiestas desertadas, cuyas luces, apagadas fueron, tras aburrimiento que trajo el mismo contento y la alegría en derroche.
Abrió negra for su broche, y antes que el sueño me rinda, tristes recuerdos me brinda fuera, la callada noche. ESQUIVEL DE LA GUARDIA la mañana siguiente se encontró sobre la hierba de la plaza el cadáver de la tia Mónica. Su rostro reflejaba aún en una inefable sonrisa la encantadora visión que tuvo al partir de este mundo. GAGINI Heredia, 1911.
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