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PÁGINAS ILUSTRADAS 11 decretar Plus ultra ilustraciones líricas s Comias limos cadas de as Cajas mino de calidad las de Jefe SuBajo la torre lirica y lejana, y ante una alba de rosa desteñida, es un volcado vaso la campana con la fecha del borde ennegrecida.
ión, puSe estremeció la plaza suburbana al pasar tú, te conocí enseguida.
en tu traje color de la mañana, con rumbo hacia la próxima avenida.
osé, se Gutiérrez Yo que busco de tí caricias vanas, quisiera ser una de esas campanas que no han sufrido acerbos desengaños: y guardaré mis besos para entonces a fin de repetirlos en los bronces por toda la ciudad. trescientos años.
ZELAYA Aunque se oponga con empeño el mundo mi ciega pasión; aunque abra de rencores un abismo muy liondo entre los dos; aunque llegues a odiarme hasta la muerte y odiarte llegue yo, nuestras dos almas estarán unidas por un eterno amor, Puedes con ira maldecir mi nombre o burlarte de mi puedo también en mi terrible enojo tu nombre maldecir; podemos execrarnos ante todos con un odio sin fin; mas nuestros corazones en secreto mucho habrán de sufrir.
En el árbol frondoso de la vida, ante un hermoso sol, formar pensamos nuestro nido. El viento el nido arrebato; y al ver que nuestras almas todavia se amaban con pasión, pudo la envidia colocar entre ambos un abismo: el rencor.
Sigue por tu camino. Todavia que me quieres lo sé; mi recuerdo será de tu recuerdo eternamente fiel.
Yo voy por las estepas de la vida sin ilusión ni fe; amiémonos, mas ya no en este mundo, jeso no puede ser!
Si el destino inclemente y sin entrañas nos pudo separar, y nunca, nunca te tendré en mis brazos ni besaré tu faz, nos hemos de morir y en otra parte los dos hemos de estar, donde, yo te lo juro, seris mia toda una eternidad!
II Yo fuí un conocido castellano aeda; por mis cuatro rumbos soy un gran señor: milité en los barcos de Alonso de Ojeda, y he sido alquimista, gitano y prior.
Por la dama joven del busto de seda, de las manos blancas del seno en flor, ya de todo Europa ni un rincón me queda donde no haya ido contando mi amor.
En fin, cuando supe, con fiero arrebato, que otros conservaron hasta su retrato y que le besaban la divina sien, levanté mis huestes, fui con Godofredo, en la lucha cruenta peleé con denuedo.
y mori ai las puertas de Jerusalén.
LEONARDO MONTALBÁN JUAN RAMÓN MOLINA San José de Costa Rica.
del depar onoció en Museo y empeño y INTERESA CONSEGUIR eco romaonda entre los suscritores, los siguientes números que se pagarán bien: 218, 219, 225 y 253 Dirigirse la Administración Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica

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