Guardar

PÁGINAS ILUSTRADAS El insulto Para Pagina: Ilusalus Sabemos que acaba de recibir el ultraje más bochornoso, pero en su semblante no se mostra.
ba la furia rabiosa del injustamente ofendido; y con temor de ofender su delicadeza con la im.
prudencia de nuestra pregunta, discretamente en.
carrilamos la conversación al punto que deseabamos abordar: Amigos mios, nos dijo, con esa altivez majestuosa característica en su familia, hoy alguien ha pretendido ofenderme, pero no es el puñal de un insulto el que entrara jamás en mi pecho.
Permitid que en este instante hablen por mi ge.
neraciones pasadas de hombres dignos y venerables matronas, y dejad que mi soberbia de convencido exclame: Yo también puedo considerarme por encima de cualquier insulto y quien pretendió insultarme, se insulto sí mismo! Un acto de cortesía del mas infeliz de los criminales encontraria la piedad de una respuesta en el más vulgar de los hombres. Yo dirigi unas cuantas lineas la más angelical de las mujeres: esas lineas no llevaron las convulsiones, ni de una ofensa infantil. Sé cumplir como el mejor caballero, Mi culto hacia esa gentil criatura ha sido siempre espontáneo, desinteresado y respetuoso, Por qué la quise: No sé por qué ni cuándo fue que nació ese apasionado sentimiento. No ne.
cesita el amor de un solo pretexto para estallar La vi, me gustó, la quise. Encontré en sus ojos azules una peregrina suavidad, en su voz una dulzura indecible. La amé en silencio. Nadie podría decir que se lo confesars. Ella misma, cha podido notar alguna manifestación indiscreta que pudiera traducirla de otro modo que en sim.
patia amistosa? Cuántas veces esquivé toparme con ella, temeroso de ruborizar su pureza de vir gen con la emoción de un afecto tan grande! El dia que pretendi hablarle, las intenciones naufragaron en la impotencia de mi inimo. me retiré vacilante, como un ebrio, con esa palpitación intensa de un gran susto, incapaz de confesarle nii afecto, juré sepultarlo por siempre en lo más profundo del relicario de mis tristes secretos.
Pero nunca, os lo juro por su lindo nombre, munca supuse que su familia me rechazara en la forma brutal que acababa de hacerlot No por mi abolengo, que es el más ilustre de esta tierra hos.
pitalaria, ni por la vanidad barata de mi discuti.
ble valor intelectual, tampoco por la ilustración que haya podido adquirir en mi vida de estudio, menos por este fisico ajeno a ese atractivo pode roso de la masculina belleza, pero sí por mis cre.
denciales de perfecto caballero. Si los vicios no han podido hincar su diente en la dura coraza de mi naturaleza altiva, spuede hundirse el del mise.
rable rufián en el acero de mi reputación hono.
rable: En el horizonte de mi mocedad se destaca una aventurilla como un brote de ese impetu juvenil tan inconsciente como excusable, pero esos lunares sirven más tarde para dar mayor realce la fisonomia moral de una persona. Debemos aprender de jóvenes regularizar el tumultuoso oleaje de las pasiones que puede arrojarnos en el laberinto de Creta sin que nos encontremos siempre el hilo salvador que nos lle.
ve al triunfo. El tener mundo no puede ser im.
pedimento dirimente porque la virtud no se estima en el termómetro del claustro frio, sino en el zorbellino de las pasiones, recorriendo co.
mo un nuevo Virgilio, de la mano de Mentor, gu es la prudencia, la regiones terroríficas de ese averno y saliendo de él limpio y puro como puro y limpio brota el manantial de la maleza del bosque. para que seguir, oh amables camaradas! si vosotros formiis nii sociedad cul.
ta y digna, sin esos prejuicios ruines que supuran en la epidermis de tanto ungido del capri.
choso Dios Exito, quienes buscan el mérito en el brillo del metal, aunque lleven en el cuerpo la inſame podredumbre de su concupiscencia y en sus cráneos ese desierto donde no puede surgir el oasis de un buen ideals. extendiendo su mano nos mostró un billete. el crimen de su cortesía. y en su sonrisa se dibujo la mueca insolente del desprecio.
JULIO DET. MAR in n t: u tc ТО ce pi di P: сс se 50 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica

    Notas

    Este documento no posee notas.