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PÁGINAS ILUSTRADAS 1 del hisLa moda del momento dio no ula con mé Jil; y al herPortoca iera rica uburbio, a Cueva, oña Inés de doña inundajas amala biza, prestise sobre sta, con spada y e la antide San OSOS escepción. Habéis visto los nuevos figurines. inválidas, ha desaparecido ó, mejor dicho, No os hablo de los que nos baceu ver se ha ensanchado de abajo, sin perder su las veinte treinta grandes excéntricas estrechez superior. Las caderas continúan de París, las cuales siempre, todas ho prisioneras de las más ligeras telas; pero ras, en todas partes, con todas las modas, los pies se mueven ya con libertad. El parecerán muñecas fabricadas para sor corpiño, por su parte, no es sino un velo prender al mundo. Os hablo de la pari que oculta, sin esconder, de tal modo se siense en general, de la que no es ni muy adapta, fiel y suave, a los contornos divipobre ni muy rica, ni muy tímida ni muy nos del busto. Mas esto, en realidad, no descocada, de la que no copia las faldas es nada. Poned, si queréis comprenderde madame Tallien para enseñar la pan me, una falda la moda y un corpiño torrilla y que tampoco adopta trapos de más a la moda aun una mujer que llebeata para velar sus divinas líneas; de la ve un corsé como los que se usaban hace que forma la mayoria, de la que es ve apenas seis meses, y obtendréis una imaces una burguesita recién casada, veces gen igual a la de cualquier dama de ayer.
una griseta sentimental, a veces una actri Porque en el traje femenino todo estriba cilla apasionada; de la verdadera parisiense en el corsé.
de París, en fin. Habéis visto sus figurines Decidme si hay algo más delicioso en el mundo, desde que nuestras abuelas El corsé es el gran deformador y el griegas renunciaron sus chitones jóni gran reformador. Con su dureza de tiracos y sus himationes dóricos, para adop. no, oprime las formas, cambia las líneas, tar los pesados adornos turcos.
rompe el ritmo de las curvas, ensancha Es Atenas redivival exclamaba an los planos, abulta las redondeces, maltrate un simple desfile de muchachas ele ta la cintura, insulta el seno. Ved una gantes un sabio del Instituto, hace ape colección de retratos de épocas diferentes y notaréis que todos los cambios de asY, realmente, eso es. Es el espíritu de pecto plástico tienen su origen secreto en los artistas que vistieron las figulinas de el corsé. La dama alta, rígida inmóvil Tanagra, animando a los modistos actua de las tapicerias de la Edad Media, es priles. Es el soplo pagano modelando nin sionera de una coraza, que la mantiene fas vivas. Es la mano de un frivolo Sco en su hierática actitud de icono bizantipas arreglando los pliegues armoniosos no. La matrona del Renacimiento, esde los lienzos.
pléndida en su manto de terciopelo, redonda como una idealización de Pomona, rosada de rostro y dorada de cabello, Nada tan sencillo como las nuevas «toi está encerrada en un cinturón, que deja lettes. La antigua falda «entravée» que las caderas relativamente libres y que haobligaba nuestras pobres contemporá ce subir el pecho hasta la garganta. La neas andar con pasos muy menudos y marquesita de Trianón, tan celeste, tan subir las escaleras con dificultades de vaporosa, tan artificial, tan descotada, tan el pavor bló hacia ecuerdos ientos y los inlas imamear de ambores; Sul seno nas una semana.
ntre patrigas de ro; todo en las. re. uinasl.
enanza y y para RCIOS Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica

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