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PÁGINAS ILUSTRADAS 39 rselo repe.
etree para Agateyte, el viejo erza nueva no y la tirá utilizar práctica.
na cantidad a comienza on, Edison tal del que no sea la un metal el que tan ón, no tiee vida, y se bloques de la misma as piezas de transmuta Lura del oro.
no se di mbinada la es y tratada lichos cuerAgateyte, el viejo, fué visitado el de enero de 1528 por el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo, y en esa fecha tendría unos setenta años; usaba cabeilo largo y luenga barba, y se cubría todo el cuerpo con una mantilla de algodón blanco.
Cuenta Oviedo que sus súbditos indaban des nudos, pero que con sus pinturas simulaban ad.
mirables vestidos, y se presentaban en público con máscaras que figuraban gestos de ave, Durante sus grandes fiestas que seguían la recolección del cacao, se reunían los indios en la plaza de Tezoatega cantar en coro un mitole, casi todos con penachos y calzas, vestidos con telas finisimas de algodón de colores; bailaban compás, al rededor de la plaza, de dos en dos, y desviados tres o cuatro pasos, hasta sesenta de ellos, dejando entre su circulo un palo de más de 80 palmos, que soportaba en lo alto al dios cacaguat o cacao. Casi en el extremo superior de la vara, sirviendo ésta como de eje, sujetaban un cuadro de madera del cual ataban cuerdas de bejuco, que sostenían, cada una a un mancebo, de siete a ocho años: estos mancebos reunían en la mano arcos de flecha, moscadores de plumas, y veces un chaschile, artefacto de jaspe, con un vidrio incrustado a la manera del espejo europeo.
Unos y otros se entrelazaban con las cuerdas, por medio de vueltas rápidas, mientras de abajo ani.
maban la fiesta los cantores y tañedores.
Concluido el ejercicio, el palo quedaba alli ocho o diez días, al cabo de los cuales una concurrencia que en ocasiones pasaba de cien indios arrancaba el asta de su sitio, viva fuerza, y quitando el cemi o idolo se le conducia triunfalmente su mezquita, al templo de sus sacrificios, para volverlo a sacar al siguiente año.
En esta plaza, durante las grandes fiestas, alternaban con otro juego, que consistía en el balanceo que hacían dos indios sobre palos puestos en Córdoba, en donde hizo la distribución de oro entre sus compañeros en los gastos de la expedi.
ción, así como el repartimiento de indios, enco.
mendando más de mil Pedrarias.
Es casi seguro que Hernández de Córdoba fue el primer español que se entró los dominios de Agateyte, puesto que González Dávila, conocido como el primer explorador del país, al cual pene.
tró en el año de 1522 pasó un poco al norte de Tezoatega, hasta el Golfo de Fonseca, obstinado en descubrir el cauce de un rio que le dijeron estaba cegado por la erupción de un volcán, pero que comunicaba el Océano Pacífico con el lago de Xolotlan.
Cuando Gil González verificaba su regreso, Agateyte se encontraba en la ciudad de Nicaraocalli (Rivas) residencia del famoso Nicarao, jefe de los niquiranos, y del cual se consideraba como su principal aliado.
Sospechan algunos autores que la presencia de Agateyte en Nicaraocalli, se debió a la excitativa del belicoso Diriangen (cacique de Diriamba) y de su consejero Ometepec, quienes deseaban acuerpar su ejército para atacar a los invasores. No me parece demás advertir que la palabra teyle, tenía el significado de cacique, entre las tribus que se manejaban por una monarquia mo.
derada, y el nombre Agateyte ejercia esa clase de gobierno en Tecoatega Tezoatega, en don.
de vivia rodeado de vasallos principales (galpones. sin misericordia, may mentirosos de ninguna piedad. Valdez.
El cacique «viejo, así le llamaban por su ma.
yor edad, tenia 000 hombres de arco y flecha y más de 20. 000 súbditos; le sucedió un hijo en el Gobierno.
Interesa el siguiente apunte, sacado de un requerimiento, hecho por el Reverendo Fray Fran.
es poner en ERLINCK o al hombre 21. MIGUEL cruz.
Ceres de Xolotl. Xolotl: maiz tierno. Es el nombre de un jefe, con gaien peregrino la tribu chichimeca en Mexico.
idad el cunnismos dolo ser nuestros en satisfac.
ufre y muere mejantes y de tos del On El árbol que preferían para todas sus construcciones era el de yaguaguy, cuyos bosques han sido agotados.
Según consta por documentos auténticos el de mayo de :524 se encontraba en la plaza de Tezoatega el Capitán Francisco Hernández de En escritor católico, agregat que Diriangen Diriangan, quedó muerto durante la retriega con Gil González Divila, el 17 de abril de 1522, en las inmediaciones de Masaya. Este detalle, acaso absurdo, no aparece en las crónicas españolas. Véase al Expedición Nicaraguax, del Padre Jose Spilman, a las páginas 77 y 112.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica

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