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PAGINAS ILUSTRADAS Así son las mujeres árbaros desque no deá los otros.
encia en Liiediatamente surcase el atravesaban ra caravana.
esario en un orriera más 10 perseguiun país en darles asilo, los miemxpuestos en nostrasen la marchaban in observain no se ha uestros días sta entonces al mundo, ndes ciudauelto todos as sociedacular había cuando no ın precio arte de la er la vida Fectos natucontraba al lecho, que el médico el padre y ado, encorEfectos del er los déima confen, bajo los exhalar expiranI jes: al pan, pan y al vino, vino. No iré porque no me da la gana. Sí, sí; ésa es la Se había convenido el paseo para aque frase. porque no me da la gana!
lla tarde y fe que la cosa venia de perlas. paladeaba esas palabras como un Limpio el cielo como si lo hubiesen lim dulce manjar, subrayándolas mentalmente piado con cuidadosas aljofifas y el mar con un airecito de importancia. tranquilo y magnífico como soñando Pero vaya una importancia que le cosas agradables.
doy al asuntol Niñerías, niñerías; lo que Oscar registró el fondo de su concien yo necesito es un biberón un ama de cia y cayó en honda meditación, cría.
De pronto se levantó de su escritorio y (Se encaminó hacia su librería echar dando un puñetazo feroz sobre el tape. el ojo sobre aquellos queridos libros lletillo, dió suelta su monólogo de despe nos de notas; quizá buscaba uno que, chado: como el carro de Elías, le arrebatase de. En síntesis, la invitación de Alfredo la lucha interior. Por supuesto que el es una ruin maquinación para utilizar paseo no le importaba maldita la cosa, mis servicios. Qué amigos! Bien dijo pero se trataba de Ella. es decir, de.
Plauto que el hombre es un lobo para el nada, de una Ella de esas que se subrayan hombre. Ya veo claro, perfectamente cla llevan mayúscula.
ro: don Melchor es un suegro como po Las Vidas Paralelas, La República, cos, quisquilloso y ridículo; en fin, como La Eneida, La Desvergüenza; hombre, que al cuidar Marta cuida también su hombre, Bretón de los Herreros es un bolsa. Alfredo se sabe de corrido que, con gran tipo, fenomenal; ésa es la palabra ese pegote, adiós luna y adiós Marta, y, que necesito: es una desvergüenza lo que claro está, yo soy el hombre necesario. se trata de hacer conmigo, una perfecta Me haré cargo de la situación, es decir, desvergüenza (y casi contaba las silabas. del viejo, que aquí es la situación, mien Por supuesto que Alfredo es capaz de tras los tortolitos se miman en mis na todo. pero Ella. El Contrato social, rices. Pero esto es ridículo, perfectamente El Emilio, El Ahorro, El Deber. homridículo. Dónde diablos estaba yo al acepbre, el deber. la verdad es que el deber, tar esa invitación?
hasta cierto punto, me obliga. es decir. Con una actitud interesante, intere por Alfredo no quien comete tamaña santísima, como debió gastarla Gambetta, desvergüenza, no puede exigir deberes; comenzó pasearse por el cuarto. Todo pero Marta. eso es otra cosa. Yo le su orgullo luchaba contra aquella humi prometi ir, le dije que de cualquier mallación. nera iria, y hago constar que fué por ce Está dicho, no iré. já quién le der sus insinuaciones. Esta constancia falta un pretexto? La dispepsia. no, eso está por demás; como ella tiene interés es perfectamente estúpido, lo sabrá Marta en que yo. Vayal estoy hecho un imy suelta el trapo reir; un novio no debe, bécil. pero eso es unir el sarcasmo la no puede tener dispepsia. No; sin amba desvergüenzall Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica