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PÁGINAS ILUSTRADAS 13 ntinela.
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e repetirlo.
arta.
Ondas vivas dieron. Al ſarta sintió entud y de Al partir los discípulos en la barca viajera, contemplaron la playa con un vago temor, y Jesús, apacible, desde la alta ribera los miraba alejarse con sonrisa de amor. Yo seré con vosotros hacia el alba primera. habian dicho los labios del sereno Pastor; y pensaban los rústicos: Ni soñarlo siquiera; si no existe otra barca. cómo viene el Señor?
Mas cuando ellos perdiéronse bajo el límite vago, dejó Cristo la orilla y avanzó por el lago, sin mojar su sandalia, de lo ignoto a través. Halló firmes las combas del cristal ondulante, y sembrando fulgores, como emblema triunfante, sobre el vivo diamante caminaron sus pies!
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e piden, se por condespedirse. aquellos Eran todo todo un felicito. mujeres.
nujeres.
su pupila cuarto de Otra vez, dolorida, como trágica sombra, Magdalena, la hermosa de los rubios cabellos, quiso ungir del Rabino los pies castos y bellos, con la esencia más rica que en Oriente se nombra. arrojóse besarlos, con ternura que asombra, los cubrió con sus bucles, enjugólos con ellos, desatados sus rizos en dorados destellos como un sol derretido que sirviese de alfombra. su tibio contacto se turbó el Nazareno; en la plácida albura de su rostro sereno florecieron las rosas con su sabio decoro; jos pensaá la ima temprae y vió a lida la cacritorio.
aban ver esgueadas: y hubo un raro momento de temor y agonía al sentir el Profeta que su planta se hundia en las ondas de seda de los bucles de oro.
SEGREDA ALFREDO GOMEZ JAIME Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica