Guardar

PÁGINAS ILUSTRADAS imiento.
Voltaire, y la mesa de Lamar el autor de Sagesse su Mignon y la mesa de De Musset y del momento, el café en cuyos escamesas menos antiguas, pero no ños veían los extranjeros echado cos ilustres otras muchas, mu mo un perro al poeta de Isis. el café de todos los vicios y de todos los ensueños, el último café literario, en fin. el Soleil Or, donde se celebraron las saturnales de La Plume. la Nouvelle Athenes. donde los naturalistas se cortaron las melenas, por no parecerse los románticos. el Chat Noir. con su leyenda diabólica. el café de Madrid, donde Catulle Mendés hablaSEÑORITA ISABEL ALFARO ba voces de sus abuelos, los granAl pie de su retrato des rabinos de Córdoba. pjos profundamente pensadores que hablan de un ndadosa; una sonrisa fresca que florece en sus la Cada año, os lo aseguro, tiene su bo una flor de simpatia; un espiritu cultivado lleno cautivadores y un corazón donde vive un exqui. último café literario.
El de hoy es el Vachette, situado mesas cubiertas de inscripcioen el rincón del Barrio Latino, enusadas por los codos, roídas tre el Boulevard San Miguel y la rue ajenjo, raspadas por los pla des Ecoles. Oh, antro enternecedor desaparecían para dejar el si y familiar, con cuánta pena verán los pre.
hombres de mi generación cerrar tus restaurant vulgar dijeron puertas de cristales! En tu gran saeriódicos va reemplazar al la clara, bajo tu plafond noblemenable café literario.
te ennegrecido por el humo, en tus odos lloraban el último café. sofás de terciopelo púrpura, cien lito pronto se notó que tras aquél teratos han discutido durante veinte 10. otro último cerraba tamaños sobre las nimiedades formidasus puertas. Este era el Franbles del arte. Ahí va aún Faguet, el café de Verlaine y de Vic al salir de la Academia; ahí va de de Isle Adam, el café de los vez en vez Barrés; ahí vivió, más lentes y de los simbolistas, el que en su propia casa, Moréas; ahí le Alejandro Sawa, el café de va todas las mañanas Baragnon; ahi lo romántico, todo cubierto de va Etienne Rey; ahí va Grasset; ahí luras y de trofeos, el café de cogió su último catarro Maindron, ublimes borracheras de menta ¡Ah, buen café de mis dieciocho sintio mezclados, el café ba años y de mi primera visión, cuán yos veladores encontraban los tristemente te veo desaparecer!
os cartas de amor escritas por GÓMEZ CARRILLO Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica

    Notas

    Este documento no posee notas.