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Página LA INFORMACION Domingo 31 de Agosto de ここのルー. allt ca Homenaje de LA INFORMACION a Lisimace Chavarría Al Trabajo HERNANDEZ Derramo en las campinas de perlas un derroche recorro toda Mempis y al piélago desfilo Sodomas y Gomorras en mis entrañas duemen.
y en medio del silencio soy arpa vibradora; y el cuarzo de mis hielos hasta los Alpes sube.
ensayo mis orquestas de liras en la noche Hermana de la tierra, há tieinpo que la cito, y se abren mis espumas como luciente broche Mi génesis se oculta en el pasado incierto, con ella voy en viaje al rededor DEL ASTRO; que esmaltan los matices cambiantes de la aurora. mi fuerza es poderosa pues nada la restringe; encima de sus hombros soy clámide de armiño; yo tengo quien me implore: las voces del desierto, a veces sus estepas fecundo con cariño dijo al caminante cansado de fatiga: yo tengo un yran enigma. las aguas del Mar Muertu, y en el asul despliego banderas de alabastro. Mi buena compañera que cantas en la gruta, yo tengo quien me aclame: la boca de la Esfinge.
tú esmaltas con aljófar el oro de la espiga, Como una mano abierta se extiende a mí el Sahara ni fuiste en mis pesares mi placentera amiga. Allá sobre el pichacho de la montaña agreste, me piden sus simunes la ofrenda de mi lluvia; tu fuiste un regocijo vibrando por mi ruta.
en quietud perpetua de la gigante cumbre, yo nunca di mis besos al árido Karnara semejo un nimbo blanco, a veces blanca veste, yanca di las perlas de millovisna clara Como el cristal precioso para el camello nubio, que lucen las alturas de ciclada celeste; al viejo desamparo del arenal de Nubia.
resurges en los oasis, allá entre las cisternas, en mi se quiebra el rayo de fúlgida vislumbre.
te rizas bajo Sirio como penacho rubio, Viajero, dijo el agua, mi cuerpo cristalino tus ánforas se abrieron a la hora del diluvio Asalto las honduras y llego a las aldeas habrá de acariciarte con amoroso abrazo, y pulsas en los mares tres citaras eternas.
y voy de campo en campo midiendo los confines, arrójate a mi seno y así tu obscuro sino Cansado peregrino de fas rugosa y grave, rimando mis canciones, haciendo mis preseas: tendrá en mis hondonadas un lecho coralino pondré de mis frescuras entre tu copa amarga; a veces me desbordo. tal lo hacen las ideas. y dormirás cien lustros tendido en mi regazo.
en cada nota fuerte y en cada nota suave, y atrueno los abismos con todos mis clarines.
El triste caminante oyó la vos extraña, intito la tormenta o la canción del ave; escúchame y extingo la pena que te embarga: El Niagara es la trompa que canta mi grandesa oyó la vos amiga de aquel ofrecimiento, y desde el Sur responde la voz del Tequendama; nacido en lo más hondo de la movible entraña me enturbio y me retuerzo con bárbara fieresa del agua fugitiva que lundiose en la montaña, Conmigo se hurieron los viejos trogloditas tornada en Amasonas. Yo soy naturalesa riendo con su espuma, cantando con el viento.
y vi la marcha luenga de cien generaciones, que en liquido brillante vibrando se derrama.
CH on roca estéril brinde a los israelitas LISIMACO CHAVARRIA mi liquido diamante y vi las infinitas Bajo el calor del sia yo vi los elefantes.
carreras luminosas de mil constelaciones.
Poema premiado con la for natural en los Juegos Florales de 1910 llevando a los califas sobre sus lomos pardos, y vi las caravanas, con mirras y diamantes, Yo vi con las pupilas asules de mis lagos en marchas fatigosas a trópicos distantes, dos pueblos consumidos por torpes liviandades: mi Ganges domestica panteras y leopardos.
las grandes hecatombes de Romas y Cartagos. ti mi canto!
yo sé de las grandesas caidas en estragos.
No hay nada comparable con mi cristal sonoro ¡Atleta poderoso y qyó la voz de Cristo mi limpio Tiberiades.
si lanzo misturbiones bajo el fulgor de Osiris, que todo lo transformas y engrandeces!
No llores, peregrino, la ruta de la vida, mis ondas se levantan para cantar en coro; Al páranio, al erial y a los alcores si así lo quiere el hombre, es larga y dolorosa, entonces las estrellas me dan sus besos de oro al pasar con fu aliento de coloso, en cada desengaño recibe ingente herida y frente al sol enarco la majestad del iris.
los llenas de vigores, y en tanto que Natura al goce lo convida, las ornas de maisales y embelleces le ofrece dies espinas debajo de una rosa.
Soy fuerte: yo destraigo los más enhiostos robles; con racimos de dátiles y flores.
soy ritmo: doy al aire mis salmos y repiques. los niontes de enhiestas altiveces Pero esa madre Juwraña que brinda su regaso, soy buena: soy el néctar de parias y de nobles; que, erguidos junto al borde de un abismo, te cura de las tambres, minora tas reveses: soy brava: en los peñascos asesto mis mandobles amenazan horrendo cataclismo, con ella estás sonido por un eterno laco, y doblo mis pujanzas para romper los diques.
tú los obligas a humillar las frentes, si sufres de consuela con amoroso abrazo do quiebra el huracán su arpón de sanas, y pone ante la vista la ofreda de sus mieses.
y prosiguió el errante con alma conmovida: y los unces al yugo de los puentes Yo fui hasta los dominios del Bósforo y el Sena gigantescas y férreas telarañas.
No llores, caminante, yo soy también ofrenda y al claro San Lorenso lo vi soltar la brida, Domejas con tu mano que brofa hecha burbujas del vientre de las rocas; alla dejé la pena profunda de la vida las iras de los mares, asciendo hasta tus labios y cruzo por tus sendas; y a tus cristales vuelvo porque tornó mi pena.
las trombas y los témpanos polares, yo mido las jornadas del nómade sin tienda, la cascada, el escollo y el pantano, Poema del agua y apago las equias de las sedientas bocas.
Escúchame, buena agu: erre por todo el mondo y llevas las naciones a la altura en busca de bondades. en vano, y no te asombres! de la única grandesa que perdura. Nada mejor que el agua Por mi sasona el fruto y el campo reverdece De niño fue mi canto sereno y fué jocundo, Eternisas en piedra el pensamiento PINDARO y torno vigoroso el árbol más remiso; después la humana estirpe me dió pesar profundo y refieres con él a lo futuro por mi la espiga rubia y el nardo que florece; al ver cómo me hería la saña de los hombres.
tus luchas y blasones, Le doy, zoh caminante. cuando la sed te abruma, encima de mis ondas la hembre se estremece, con la pétrea dicción de un monimento el agua dijo alegre frescura a tu garganta, y en mi se vio más bello el rostro de Narciso.
Limpia agua, tú eres buena y a tu bondad me acojo, añoso, a partas el sudario obscuro refresco de las aves la seda de su pluma me acerco a tus orillas para pedirte calma; que cubre a las naciones y en las riberas mías yo bordo con mi espuma Por mi la vuelta al mundo del bravo Magallanes: en la presencia tuya de penas me despojo internadas, con paso fatigado, 1ejidos de colores cuando mi lira canta.
Colón hiso su ruta encima de mi espalda y si mi labio ardiente con tus frescuras mojo, en la noche sin fin de lo pasado.
hasta salvar la cima de todos sus afanes; penetran las frescuras a refrescarme el alma.
Las vehestas Pirámides son reto Soy grito y soy arrulo, quietud y movimiento, corono la cabesa senil de los volcanies que lauzaste, hecho moles de granito, arrumbo a las llanuras para buscar descanso, y visto las llanuras con frondas de esmeralda.
El agua dijo entonces: Las ondas me desgarro del tiempo a la carcoma, y ese grito retoso entre las quiebras y canto con el viento, al escuchar, viajero, la pena que te abruma.
que perpetuaste en bloques, con respeto reflejo en mis cristales el vasto firmamento Besé con mis espumas el cuerpo de Afrodita Yo tengo una tristesa:mi detención el barro; lorescuchar las edades, acortomiscarrera tomándome remanso.
de Egipto en las ardientes soledades.
y puse mis halagos sobre su piel de seda; para gemir dispongo los líquidos del Darro, cincelo entre las rocas la extraña estalactita, para cantar, el Duero, para reir, mi espuma. Hurra, invicto!
Las pešias preolinas Yo soy el alma errante que alegra la llanura, conosco hasta el retiro del gruve cenobita El sol dora las liras que entonan wis cantares, socavas y trasminas yo tengo regocijos, también also querellas; y fui propicia a Jupiter para acercarse a Leda.
de seres no nacidos en mi palpita el germen, Tornada en blanca nieve las cúspides per filo y de la virgen roca, en los rincones, con saltos de gimnasta desciendo de la altura donde no extiende el Sol sus gasas de oro: bañando el musgo verde que alfombra la espesura salvo las alturas en alas de la unbe; agrando en mis espejos los bosques seculares, alla en le ardiente Nubia fundé el sagrado Nilo, arrullan lo infinito las olas de mis mares, encuentras el tesoro y tiembla cu mais entrañas la lus de las estrellas.
que guardan los auriferos filones, Tauantamiento en cualq La alameda favorita del Poota, en la heredad de sus mayores La casa del Poeta en los alrededores de San Ramón Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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