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Los Domingos Literarios Los intereses de nuestra vida do empieza a comer sopitas. las damos personalmente, con mano temblorosa, temiendo qu iHimno al Sol la cuchara les lastime los labios Tiene que vivir el hombre de intereses que sean superiores a (De Rostand) poco a poco, con cuidado, por que el corazón nos grita desd él mismo; que provoquen sus grandes energías secretas y que mantengan su voluntad anhelosa de soberbia y perseverante actividad. tí, que el llanto secas de los trigos pigneos adentro que pueden empachars y haces de una flor muerta un vivo moscardón, y tener fiebre el día siguiente Redueirse él el hijo de los dioses a lo que apenas es capaz de cuando ya se deshojan, cual fallidos deseos, Con sólo pensarlo nos dan esca realizar en un determinado instante, conformarse con desenvolver al viento de los Pirineos, su poder dentro de los términos modestos de una ambición tímida, los almendros del Rosellón, lofríos, sentimos anticipados arre carecer de la audacia de ver hacia adelante, es una renuncia casi yo te amo, ioh Sol! tí, cuya luz lisonjera, pentimientos.
cobarde que se hace a vivir la soberana vida repleta de locura y para dar a una frente nimbo y miel a un rosal. El trabajo que cuesta pararlos penetrando en el cáliz y en la choza pechera, Tienen las piernitas rollizas, pe atormentada por fiebre de infinito y universalidad. Es más aún, se reparte y se queda entera ro flojas. Nunca se sabe si ya tanto como dejarse morir vilmente mientras lo demás crece, mientras como el amor maternal.
lo demás triunfa, mientras lo demás rompe el presente férreo y se paran o si es uno mismo el que pone valerosamente las alas del porvenir. Crecer, siempre crecer.
Acéptame por Preste que en cantarte se ufana, los sostiene, pero hay que tene Todo euanto nos rodea, aun lo inmóbil, aun lo impasible, aun lo tú que no equivocas pompas de jabón disolver paciencia y probar todos los días y eliges, cuando sientes ya la noche cercana, hasta que, poco a poco aprender que parece inactivo, está agitado en lo íntimo por el varonil deseo el cristal de humilde ventana de absorver la gran vida y de convertirse cada vez de un modo más a dar pataditas contra el suelo para lanzar tu adiós postrer.
perfecto en centros de fuerzas renovadoras y constructoras de unicomo si quisieran saltar sobre la versos. El hombre sería desleal a esta evocación permanente y deHacer girar del huerto los girasoles sueles, punta de los pies. al fin an lirante de su mundo, si se mostrara indiferente a la obra progresiva y a mi áureo hermano sobre la veleta brillar, dan, casi solos, con andadores y desapareces, filtrándote por tilos o laureles, de las manos, apoyándose en las de la suprema inteligencia de la vida, y cuando así sucede, las cosas que conviven con él en el misterio de un vasto destino, se encargan por tierra tan limpios roeles sillas, hasta que un día se lanzar que nadie los osa pisar!
a dar una corridita aturdida para de lanzarle el estigma de los que se dejan morir en medio de una vida de solicitaciones, cuya verdad ellos no comprendieron o no puEl barniz de la jarra, en esmalte tu plena ir a caer en nuestros brazos que dieron o no debieron comprender.
luz torna, y un mojado lienzo en triunfal pendón.
los esperan y recibir todos los be La capucha del rulo, por tí, de oro se llena, La vida pertenece a aquellos que la viven por designio propio, sos en que se vuelca nuestro co y su hermanita la colmena, razón.
en toda su majestad, en su virtud excelsa y hasta en su tempestuosa tiñe de oro su capuchón.
Ni bien empieza el uno a catragedia, por vigorosa resolución de nuestros más hondos instintos.
La vida es de aquellos que delante de la muerte y aun en la muerte iGloria a tí entre las vides, céspedes y gramíneas!
minar, se anuncia el otro; cada misma lanzan, antes de confundirse con lo que eternamente existe, Bendito en los ejidos y montañas y valles, vez sentimos como si dentro de en la piel de los saurios y en las nubes carmíneas, un grito de victoria que es como el salmo trágico con que testimopecho nos naciera un corazoncito tú que haces las grandes líneas nian en ese momento definitivo, la inmortal verdad de la vida.
nuevo, para querer aparte, sic y haces los pequeños detalles!
Aprenda el hombre a vivir de sí, de la reserva y sustancia de que robe el menor latido a los co su fuerte existencia, de la profunda voluntad que se remueve en el Tá dando a todo aquello que brilla, por alfombra, razoncitos que ya laten por otros interior de su alma como el resplandor de un astro solitario en el una hermana gemela que remédalo fiel, y parece que se vienen empujanseno de un universo naciente; no pida lección a lo que está lejos o idoblor supiste el número de todo lo que asombra, do todosen el pecho, aunque sira todo objeto dando sombra fuera de si; ni envidie la vida de los demás, ni se sienta avergonzave cada uno para un cariño difequizá más seductora que él!
do de lo que son las cosas. No le importe el genio adusto del mar, rente. Cuando Delia se pone forni la impasible montaña, ni el épico bosque, ni tiemble delante de Yo te amo, sol! Tá prestas al aire olor de rosas, mal y empieza a hacer palotes, las palabras proféticas y reveladoras de los vientos del norte. El es antorchas a las fuentes, al bosque floración: Amalia sabe ya engañar con piel hombre y su corazón bravío es el asiento, por elección de las ditú besas a un ignoto arbusto y tú le endiosas, cardía, Julio empieza a andar a iOh Sol! iOh tú, sin quien las cosas vinidades que le aman, de las fuerzas primordiales de una vida glogatas. así vamos vivienda no faeran más que lo que son!
riosa. Sus propias manos poseen el don del cielo en cuya aparente en ellos como en nosotros vivieconcavidad cabe el enorme y tranquilo firmamento; sus ojos ilumiANTONIO DE ZAYAS ron nuestros padres, como ellos nan la noche y descubren con perspicaz iluminación lo que los tiemse verán vivir en sus hijos.
y cuando vivan sufrirán, porpos guardan en sus senos insondables. Hombre es la palabra enigmática de la tierra y él es la criatura a quien la tierra orgullosa que la vida es bella pero los homsirve de pedestal.
bres no son buenos todavía. PenHe aquí, pues, la responsabilidad del hombre que no es oporsando en su porvenir anhelamos una humanidad más virtuosa y tuno y prudente en saber calmar la sed de su vida con intereses que la aprovechen en lo que ella tiene de excelente, que la fortifiquen a más justa, donde el pan y el casu vez, que enciendan sus lámparas sagradas, que la invistan de riño no puedan faltar a los hijos aptitud para perfeccionarse.
El simple anuncio de su llega a hablar en serio, como si nos ende nadie, donde estén desterraEn saber elegir los intereses de nuestra vida está el secreto de da ensancha todos los ideales de tendieran; y viendo que no condos el odio y la mentira.
su belleza y de su gloria y la posibilidad de comprender claramente nuestra vida. Pensando que ven testan, contestamos por ellos reINuestros hijos. nos basta su realidad y su virtud.
drán, nos sentimos más buenos y medándoles la vocesita, y segui de oro para que no se entibien mirar sus ojos claros y sus rulos Vivir noblemente para nuestro propio bien, vivir noblemente más justos, como si una voz inte mos así la conversación, hacienpara servicio de la patria que se alimenta de lo que le da nuestra rior nos recordara que nada so do los dos papeles, con dulce nuestros ideales optimistas, llegentil devoción a ella; vivir para los ensueños de esta humanidad mos fuera de la humanidad, sim zoncería.
nos de esperanza en el porvenir.
hecha de delicada sustancia, hecha para la justicia que es luz, para ples nudos en el hilo que junta Cada vez que nos juntamos a JOSÉ INGENIEROS la piedad, que es bendición, para el amor que es un poder.
las generaciones que se han ido mirarlos se renueva la discusión con las generaciones que ven sobre el parecido; los muy pícaRÓMULO TOVAR AUHUHUUAUTHAUHUNT drán.
ros cambian de expresión cada Son tan tiernos, cuando nacen, ocho días y se van pareciendo por que tememos ajarlos con nues turno a los que nos disputamos TRoberto Valladares tros besos y arrugarlos con nues su cariño. Es cosa de nunca aca(Ofrenda póstuma. tras caricias; no sabemos cómo bar; diríase que lo hacen adrede tocar sus carnes, tibias como peResulta inverosímil la noticia. La para complacernos alternativaPara Ella chugas de pajaritos. Nos tiemmente, o para darnos celos cuanmuerte prematura del poeta, del noble y delicado portalira, del amigo y comblan las manos; pensamos que la do dejan de parecérsenos. Si dan Imposible olvidarte. Vano ha sido presión de nuestros dedos puede grititos que parecen sílabas, dispañero sencillamente amable, cuyo Interponer tu ausencia entre los dos; hacer hoyitos en la piel rosada, cutimos sobre lo que han dicho; corazón me subyugaba intensamente, Ni el tiempo ni la vida han conseguido lastimarla sin querer.
La infinita tristeza de tu adiós.
y hasta reñimos, cuando lloran, porque había en él la ponderable facultad de un afecto hermosamente Cuando empiezan a llorar no para decidir quien sabe mecer Aún me queman los besos de tu boca, adivinamos qué quieren, y eso Rojo clavel que me embriago de amor; con más ternura, para aquietar ingentio hacia la Vida, su inagotable fuente de Hipocreno, donde adquirib mi recuerdo con deleite invoca complica la pena de nuestro copara su lira la más dulce armonía, que Tus horas de pasión, sincera y loca razón. Les duele algo, pobreci Después ique pena! los dienameniza las tardes florecidas de fulEn que estaba, tan lejos, el dolor.
tos. Quién sabel ¿Piden cari tes. Para qué les saldrán esos cias. Se quejan porque hace malditos, que tan pronto les engores, prodigando el caro Ensueño a Vuelvo a sentir tu cabellera obscura Deslizarse sutil bajo mi mano, mucho que no los besamos. Es señan a sufrir. Parece increible los sedientos peregrinos de plenitud y en tus ojos de mágica negrura tán aburridos de tantos mimos? que la Naturaleza tenga el capriEl alma de Roberto Valladares, era Veo de tu alma surgir, ardiente y pura, Un día damos en suponer que cho de hacer penar a estos inoLa llama de tu amor, bello y lejano.
un celaje urdido por las manos peracaso nos conocen y nos llaman. centes! Menos mal que al fin se Resuena en mis oídos todavía ¿Será ilusión nuestra, al princi cortan las encías; entonces, desfumadas de una diosa inaccesible.
El eco de tu voz, arrullo y canto, pio? Es lo mismo; a todos nos pacito, despacito, cedemos a la y en tenue rocicler, de sus pupiles lleno de letal melancolía Me mata tu recuerdo, vida mía, gusta equivocarnos por culpa del tentación de acercar la llema del hondamente tristes, brotaba en la belleza melancólica de un astro moricorazón. veces nos ponemos a Tu recuerdo me salva, en mi quebranto.
mefiique y creemos adivinar que bundo.
hablarles tonterías, los retamos tienen filo.
Conmigo vas, mujer! Pudo la suerte si lloran, los celebramos si son Un día, como es natural, amaLlevad, poetes, sobre el sepulero Impasible arrancarte de mi lado ríen, como si nos entendieran.
tamizado de azucenas, de languidas hacer que viva sin volver a verte; necen febricientes o abotagados, Pero impedir podrá sólo la muerte Son tan pavitos al principio, que como si fueran a enfermarse.
corolas, la ofrenda luminosa en ineque vuele a tí mi pensamiento alado.
no saben ayudarse en nada, y ¿Enfermarse. De qué. Será grafables sugerencias, de los versos que Conmigo irás mientras aliente vida con eso nos dan la dicha de ayu ve? Empezamos a pensar en las arrollarán su tumba en la Soledad Mi pobre corazón, triste y cansado, darlos en todo. Cuando apren peores enfermedades, en las que sonora del blanco cementerio en donde Que un amor como el nuestro no se olvida den que tienen manos, se atre lisian, en las que matan. No flotan cien historias del pasado, cien Sino cuando la tumba nos convida ven a tocarnos con las ufiitas de leyendas de otras épocas, en estrofas de es nada, calenturas de chicos; peA descansar en su recinto helado.
ágata rosada. Tocan sin saber To la vez siguiente la inquietud seda y en fragante lirismo.
Rielad sobre el mortuorio lecho del LUIS HINE por qué; lo mismo nos toman de será la misma, sino peor, pues, un dedo o de una oreja, que a hermano que nos dice basta mañana.
aunque el mal sea leve, no desisveces no quieren soltar para dar timos de agrandarlo con la ima la cálida entereza de una rima!
nos el primer gusto de sufrir por ginación.
RAÚL VILLALÓN.
ellos. entonces les empezamos Nuestro miedo aumenta cuan San José, 27 de agosto, 1920.
Nuestros hijos los.
amor.
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