PAGINA LITERARIA LA VISION DE LA CUMBRE seco, los israelitas! El prodigio es constante. No marcha acaso el Hombre, cada día hacia adelante?
El austero Profeta fué llevado a la cumbre donde el silencio reina, donde impera la lumbre. desde aquella cima nevada allá en el Ande, hermana de otra cima donde Bolívar, Grande, dió al viento en su lirismo mágica profecía, así cantó el Profeta, de cara al nuevo día: de sangre redentora. iSon antorchas vivientes, y señalan los rumbos hacia nuevas pendientes!
Pueblos donde no brotan esas grandes lumbreras, los Sabios, que en silencio oyen de las esferas la música divina! Ni esos dulces cantores los Poetas, que del alma, dicen sagrados loores, no saben de los cielos, ni de los hombres nada. La Libertad entre ellos no erige su morada!
Nace el sol y la aurora pone el cielo de oro; mi corazón se torna musical y sonoro.
iOh milagro del día, cada día renovado, como el símbolo eterno del que todo lo ha creado! Nace el día de la noche! Así del alma mía de la negra tristeza, me nace la alegría!
La negación eterna no existe, y en el lodo con que Dios hizo al hombre, existe todo. Hay una ley eterna que rige los destinos de la Naturaleza! Por diversos caminos hacia más altas normas, los seres y las cosas avanzan! Quien leyera las cifras milagrosas, escritas en los pétalos de las humildes flores, o en los soberbios ojos de los conquistadores, sabría de los misterios el más sublime arcano, tan sólo comparable al espíritu humano!
Mujeres de estos pueblos, soñad como judías; preparad vuestro vientre para el Nuevo Mesías! Vírgenes, en pureza, derramad vuestro llanto; conmoveréis al Padre y al Espíritu Santo, y el Dios Hijo encarnado, mamará vuestra leche! Doncellas sed heróicas, que la Patria coseche la fruta prodigiosa que den vuestras entrañas, iY seréis aún más grandes, que sus grandes montañas. La Guerra! Es la Gran Bestia, criminal y sangrienta; con los odios insanos del hombre se alimenta.
Satán vierte el orgullo en la copa de vino que beben los Caudillos; y embriagados, sin tino desen vainan la espada. iDios se vela en el cielo por no ver los horrores del satánico anhelo! creyendose fuertes, invensibles y Dioses, lanzan sobre otros pueblos sus cuadrigas feroces!
Ni la ruda tormenta, que en furores estalla iguala en su tragedia al campo de batalla! Fatídico destino, sobre el soldado inerte se abaten fieros cuervos, banderas de la Muerte!
Las guerreros que vencen, cual seres infernales violan las castas hijas, sin temer los fatales anatemas que grita la madre desolada, en tanto que se incendia la paternal morada!
iSobre los rubios campos de trigo y los sembrados hay una nueva fora de cruces de soldados! Todo es dolor y sombra! IY odios y horrores. Hasta que alza la aurora sus nuevos resplandores. iMadres! Gloria a las madres! Pues nutren con su seno los hombres del futuro! iNada hay más santo y bueno, más lleno de promesas que una madre y un niño: que se acoge sonriente al maternal cariño!
iLas almas de los niños, son sagrados misterios: en su inocente fuerza se gestan los imperios. El hombre es el eterno Titán encadenado a su propia conciencia! Sin ella no hay pecado, ni furias ni maldades: pero también, sin ella, en la mente del hombre no irradiaría la estrella de la Sabiduría! llenar la conciencia del hombre, no ha bastado la limitada ciencia, que sinembargo suma los cielos y los mares. Los cielos con sus astros que giran en millares!
La conciencia del hombre es un tan grande abismo que sólo se comprende llenándolo Dios mismo. el hombre sufre a veces sensación de vacío!
Los ojos vuelve al mundo y con sagrado brío su verbo fulminante, va a interrogar las cosas!
iSe atreve con Dios mismo en luchas prodigiosas!
Inquiere por las causas que Dios guarda en su mente!
El dolor no le espanta; mas quiere ser consciente!
Esos indagadores, son rebeldes y santos; los ciegos les lapidan: mas Dios tiende su manto de paz sobre esos hombres, y las generaciones los nombran paladines de sus aspiraciones! Veneremos los niños, son la fuerza potente, como la luz divina del claro sol naciente!
Para el hombre que llora su juventud perdida el hijo es la promesa de jábilos henchida!
Su cabecita rubia, inocente y ruiseña de laurel coronada, todo padre la sueña! El hijo del soldado que amamantó la guerra, es el nuevo Profeta de la Paz en la tierra!
Cabezas infantiles, en nombre de la aurora que Dios manda a los hombres y que ríe vencedora de la noche insondable, misteriosa y oscura, os bendigo. iMi mano, de toda sangre es pura!
Sembrador de idealismos, riega tu sementera.
Hay pifios en las cupas. El porvenir espera!
Cuando la muerte abate, una de estas criaturas, el poeta mira un trecho del porvenir a oscuras. No en vano teme Herodes de Aquel recién nacido, que en cada alma de nifio hay un héroe escondido. El tesoro divino, de Dios, no se ha agotado, cada pino que nace es como un nuevo enviado!
Preparemos caminos, seamos los Precursores de los Cristos futuros, iPoetas y Soñadores!
Alborea en las conciencias la Piedad, olvidada; los brazos fraternales se abren y la espada de los crímenes rojos, en la sagrada pira se limpia de su mancha. iLa lengua de la lira ritma teorías y coros que cantan oraciones y en vez de los clarines trompetas y cañones del delirio guerrero, se oye el canto sagrado del labrador que marcha tranquilo a su sembrado!
Hoy que surge esa Aurora, sobre los horizontes de esta América Hispana, que avizoran sus montes, hay una duda negra que presagia la muerte. Caeremos bajo el yugo de la Nación más fuerte. Surgirán nuevos Reyes, nuevos Emperadores, que quieran ser los dueños, los amos, los señores. No saben que la fuerza de los grandes no puede vencer contra justicia? Goliat le sucede igual que a Polifemo; a éste lo deja ciego el tizón encendido, que ardía en su propio fuego, y a Goliat lo derriba la fuerza de un guijarro!
Los modernos colosos tienen los pies de barro!
La vida es un milagro, realicemos con gozo nuestra misión sencilla o grande. Doloroso es llegar a la huesa sin trofeos de victoria, sin haber visto nunca las palmas de la Gloria!
iLuchemos! La eristericia ha de dejar construida la obra que se engendra con nuestra propia vida!
Campeones, iesperanza! Tendréis vuestro Tabor, si vuestras almas vencen y triunfan del dolor!
iHaya una voz excelsa aclamando en el desierto del pesimismo humano! Contra todo lo incierto en las nobles empresas, opongamos la Fé. El mar Rojo se hiende; pasan por él a pié Carlos Luis Sáenz veces el Destino, nos quema con su fuego, y nos arrastra como al pobre Edipo, ciego.
tras vencer la quimera. vencidos dudamos de la bondad eterna de las Leyes de Dios!
La tragedia esquiliana, es cual mar tempestuosa.
y Shakespeare mira el alma humana tenebrosa!
Mas Dios está presente en la misma tormenta del alma o de la mar. Porque tras la violenta lucha de los océanos las aguas mugidoras se quiebran en las playas. De igual suerte las horas de infortunio que abaten nuestras almas, un día, serán olas que cantan en playas de alegría!
iPueblos Fuertes, sed justos; y pues que sois humanos temed vuestros errores. Dios vela sus arcanos a vuestra grande Ciencia! iSed justos, Pueblos fuertes!
Aprended de los Andes, en cuyos contrafuertes los ciclones se estrellan, salvando así los tiernos trigales de los valles! La Justicia es lo eterno!
La libertad sin ella se vuelve tiranía; la Justicia en los fuertes es cual la luz del día que saca de la sombra los montes seculares, lo mismo que los granos de arena de los mares!
iPueblos Fuertes, se escucha, como un rumor de océanos, los salmos de concordia que entonan los humanos. La Paz definitiva ya alumbra con su aurora. IAL nuevo Continente le ha llegado la hora. Se tenderán la mano sajones y latinos olvidando las razas y uniendo sus destinos?
o de nuevo habrá pueblos que se crean elegidos, y con su herrada bota aplasten los vencidos ¿Volverá sobre el mundo el infernal moloso. Querrá Dios que se humille algún nuevo coloso?
El sol nimbaba el monte con igneos resplandores, volaban hacia el cielo. parejas de condores, y el austero Profeta desde aquella alta cumbre, vió un hombre que bajaba hacia la muchedumbre. En otro momento, cuando se entregaron al público las dos primeras poesías de Carlos Luis Sáenz, esto se dijo y ahora se repite con tanto gusto. Con cierto temblor escribe la mano cuando traza un nombre nuevo como este: CARLOS LUIS SÁENZ.
Temblor de emoción. Tanto hemos creído en ell tanto hemos esperado en el! Lo hemos visto y lo vemos crecer en el silencio, ceñido por la modestia del estudiante, del maestro rural, ignorado y bueno, que escribe, que piensa, que anhela hondo y mucho. como El, tanlos otros muchachos privilegiados en Costa Rica, que esperan por ahí, como las flores de los senderos campesinos, la hora de lucir sus galas, de contar al mundo que en ellos hay también simiente de bien, de bondad, de belleza. todo joven que le haya llegado su hora, que hable, que presente su mensaje; son los diputados de una Costa Rica ignorada, la mejor y más sana, porque es la celestial y eterna Su encargo es trascendental. Artistas, poetas, pensadores, lo que sean, con nosotros van a hacer conciencia nacional, esta cosa superior a que no hemos llegado del todo an, a pesar de que se diga que la tenemos CARLOS LUIS SÁENZ Pues se afirma en nosotros la raza de inmortales, amemos las estrellas, amemos los ideales!
El Ideal es la llama que al universo abrasa; por eso los humacos, raza después de raza, venciendo las tinieblas, despreciando la Muerte, suben hacia la cumbre, y el llanto del más fuerte, del que subió más alto y amó más el dolor, hace que en la jornada broten rosas de amor!
Los Poetas y los sabios, son los iluminados; ellos aman los hombres! Son los Crucificados San José, 22 de setiembre de 1920.
Con el presente poema del poeta Carlos Luis Sáenz inauguramos la sesión dedicada a los jóvenes intelectuales.
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