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PAGINA LITERARIA El cargo de Hernán Zamora Elizondo Cetro del alto Emperador Troyano: diadema de Almanzor, califa moro; pompa celeste donde oficia el coro del César y Pontífice Romano.
El ático cincel de Benvenuto, en los bordes del cáliz impoluto incrustro mis románticas facetas, para que, protegida por la capa, la sombra ávida y trémula del Papa se embriagara con vino de violetas.
Cuento viejo que nadie ha escrito.
Cuando en la vieja Germania país de cuentos y cromospersiguieron a los goomos labriegos llenos de insania, por defender sus cosechas fraguaron cuento ladino, y dijeron. Ay del vino. iestán las parras deshechas! con rudos azadones y con saña aún más ruda, removieron los terrones que eran los tristes casores de aquella gente menuda.
Los pobrecitos dijeron. Nuestros hermanos murieron; vámomos por los caminos, y de hoy seremos beduinos en busca de algún rincón. sucedió que, andando, andando.
llegaron todos llorando a un vergel: tu corazón.
En el fuego lugar de mi opulencia ha nielado el artífice suntuario, un minúsculo y fino relicario con el texto en latín de una sentencia.
Símbolo grave de ritual clemencia que pende del litúrgico rosario, como cárdena rosa del Calvario en el pecho de un Papa de Florencia.
Majestuoso pectoral de gloria de Alejandros y Píos, cuya historia colma de gemas el arcón romano y que, cuando el Pontífice aparece, es un ramo de lilas que florece asomado a un balcón del Vaticano.
RAFAEL CARDONA Albertozzi Avendaño Asdrúbal Villalobos Auto de fe. ahora sabes por qué, Princesita Rosa Te, gustas de cuentos y cromos, de versos y cosas buenas. iPorque te habitan los gnomos, jardín lleno de colmenas. En días de esclavitud)
El último desaire Excúseme, señora, la tardanza imprevista.
Vengo cansado y triste; en el tren provincial despedi hace un momento la sentimentalista chiquilla de ojos negros y mirada puñal, de quien le hablé hace días. Oh, señora, me humilla tanto desaire; vengo con ganas de llorar: al ver que me acercaba, bajó la ventanilla del coche y no la pude siquiera saludar!
Que por qué tanta pena? Es sencillo, señora, recuerdo la ternura que se me niega ahora: la dulce confidencia, su sonrisa fugaz, su mirada profunda, sus consejos, el nido de sus manos morenas. De todo esto qué ha sido. Chiquilla pretenciosa, ya no te quiero más!
Sentir en lo profundo, redivivo, todo el dolor de esta hora de amargura, que con feroz y trágica pavura sus garras hinca en el león cautivo. no poder, dentro del verso altivo, volcar la ira santa y la locura de indignación que amarga y que tortura frente a un noble pasado evocativo.
Si la lira no puede alzar, airada, su grito hecho de luz o hecho de fuego, fundamos sti cordaje en una espada; y antes que dar nuestra cerviz al yugo bañe la tierra fecundante riego hundiéndola en el pecho del verdugo.
Rogelio Sotela Las nubes se deshacen La postrera ilusión Del último veraneo Ea plática serena nos fuimos alejando.
Su acogimiento amable me tornó más locuaz y le pedí, en nombre del corazón, el blando regazo de su afecto, para vivir en paz.
Ella, nerviosa y fina, oía complacida, y al tiempo que en su rostro temblaba un arrebol, le dije cómo era su sonrisa en mi vida la gota de rocío, el rayito de sol.
Le hablé de cómo en días de dolor y de duda surgía dulcemente de mi ánima desnuda su imagen, salvadora estrella de Belén; y cuando mi silencio como un paje discreto se inclinaba ante ella para oír su secreto, tornó a mirarme y dijo: su familia está bien. Hoy la vida ha soplado un poco de tristeza al oído del alma que era toda optimismo; y ahora el alma empieza a sentir pesadumbre por que no soy el mismo.
Pero ¿qué culpa tiene la laguna si sube por el cielo una sombra a apagar su alegría?
Era un lago mi alma. ha pasado una nube y ya casi no veo la estrella que fulgía.
Rafael Cardona Al pie de la montaña, una alquería; un huerto de racimos y de flores, donde lleguen los pardos ruiseñores a saludar con su laúd el día.
En el hogar sin galas, la alegría inmaculada de mis tres amores; ciega la puerta a todos los rencores, sorda el alma a la filosofía.
Para la noche quieta, un libro ameno; restañar, con espíritu sereno, hondas heridas que causó el dolor, es la única ilusión que mi alma abriga, bajo el signo fecundo de una espiga, y la amable sonrisa de una flor. ALBRETAZZI AVENDAÑO La Amatista (Fragmento de El Puma delar Piedras Preciwan)
Digno tan sólo de la ungida mano: muística gema del claustral decoro donde cantan los órganos de oro la augusta majestad del dios Cristiano.
Alma, espera que pasen las nubes que prendieron esa melancolía.
Las nubes se deshacen. Vuelve a buscar la estrella que fulge todavía!
ASDRUBAT, VILLALOBOS ROGELIO SOTELA PRESTIGIOS DEL ARTE Florece hoy esta página, en una pri ra de él son tenidos en gran estimación. y refresca el alma con un rocío maña melancólico. Pero al mismo tiempo estas cuatro figuras del arte nacional mavera de esperanza, y ostenta las En el país han servido de orgullo na nero.
se diferencia grandemente: mientras cuádruple prestigio de la cultura cos.
fores que han cultivado los jardineros cional y fuera de él de prestigio para Alberigszi; se caracteriza por su po Carriego llora siempre, Villalobos tarricense. En ellos confiamos son que van a la cabeza de esa falange in. este amadísimo rincón del globo. der descriptivo y su amor por los que sonríe para no llorar, o mejor, mien jóvenes y fuertes con ellos nos en.
telectual que prestigia a nuestra joven Rafael Cardona: ponderativo y ar sufren. Lo hacen vibrar el limpiabotas, tras Carriego llora con lágrimas, Vi vanecemos han puesto sus plantas en patria. Abanderados del ensueño, cru monioso, da la idea de un filósofo so el vendedor de periódicos, el afilador llalobos llora con tenues sonrisas; cumbres triunfales y en ellos espezados del ritmo, van ellos traginando noro, de un pájaro pensador, tal la ambulante, y lo hacen cantar, en verfuerza de su ingenuidad. Así lloran ramos sus vetas líricas, a pesar de lo una vida de belleza, idealizada por las firmeza de sus concepciones aunada a también los niños; entre sonrisa y mucho bueno que han dado, están apeso o prosa, que en ambos es bueno, la altas manifestaciones de sus almas. la sonoridad de sus rimas. Apareció sonrisa desgranan la luz de una lágri nas iniciadas.
campana que suena, el tren que pasa, Cuál más fuerte, cuál más sensible, sábitamente en 1914, con el «Poema ma. Su música se ha oído ya allende Cardona ha publicado udopúsculo: el piano que solloza al tacto de las macuál más sonoro, todos marchan a grande las piedras preciosas y ese fué su las fronteras; en Colombia es muy «Oro de la mañana);Sotela dos libros, nos de su compañera. Su verso es sua.
triunfo. Cardona, cuyos sonetos coapreciado, las revistas de ese país han des pasos, rumbo a una cima de triun.
uno de versos: La Senda de Damasco rrían antes en las páginas de revistas ve y espontáneo, cuando lo escribe ya publicado varias de sus producciones fo, en donde Gloria los espera para y otro de crítica. Valores Literarios y periódicos nacionales de poca imporlo ha oído sonar, íntegro y rotundo, y algunos escritores colombianos han uogir sus frentes con un beso de luz.
de Costa Rica; Albertazzi, dos tamtancia, con un sólo golpe de ala llega dentro de su espíritu.
trazado frases cariñosas para el poeta bien. Bajo el Azulo, prosa, y «Por los Rafael Cardona, Rogelio Sotela, Jo a la cima luciente del Parnaso.
Asdrúbal Villalobos: ha sido llamacostarricense, que guarda esas publi recodos del Caminos, verso. Sólo la sé Albertazzi Avendaño y Asdribal Sotela: es sentimental y soñador; su do, más de una vez, el Carriego cos caciones en su libro de recortes, sin labor de Villalobos vuela dispersa ei Villalobos, son los portaliras más altos verso es cadencioso, llora a veces, a tarricense; algo hay en realidad de obstentación, sin haber procurado re. las páginas de revistas y periódico. en la actualidad costarricense; ellos veces se desliza su armonía como una semejante entre ambos: la compren producciones vanagloriosas en este su según nos decía, no siente deseos de son los ungidos con el crisma de la fa. fuente sobre la plana extensión del sión de la tristeza que a nadie preocu país.
publicar un libro, está contento de sit ma. En el país son las cumbres y fue arenal: su armonía canta serenamente pa; de la costurerita triste, del villorio Dejamos, así a la ligera, esbosadas dispersa labor.
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Al mi mo local se trasladó el Dr. FONSECA CALVO CUANDO USTED ESCRIBA LOS ANUNCIANTES, LE SUPLICAMOS MENCIONAR EL DIARIO DEL COMERCIO Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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